jueves, 27 de junio de 2013

POR QUÉ SOCIALISMO Y NO CAPITALISMO II

Libardo Sánchez Gómez*

Hace agua el barco del capitalismo, ¿lanzamos un salvavidas o le damos un empujoncito, y lo enviamos al fondo del mar?

Y si hace agua el barco capitalista en Europa en Colombia arde  a babor y a estribor. ¿Fin de la historia?

No obstante, ante la inminencia de su hundimiento, por el contrario, una  minoría de privilegiados ha dicho que  llegó  “el fin de la historia y de las ideologías”,  por su puesto de la  izquierda, y que la humanidad está condenada a vivir eternamente bajo la tiranía del capitalismo. Aceptemos que, por ahora,   el semáforo está en rojo y no deja avanzar al capitalismo. No importa que Grecia, España, Portugal, Italia, Irlanda y otros avancen, como el cangrejo, hacia la tercermundialización, y que en Colombia arda Tibú, y la mecha se extienda a los campos arroceros, paperos, de nuevo a los cafetaleros, cacaoteros y  lecheros, a los pequeños y medianos industriales, todos arruinados gracias a lo múltiples TLC`s, siguen optimistas. ¿Dónde los capitalistas anclan su optimismo? 

¿Será fácil  empujar y mandar al barco de los negreros capitalistas al fondo de la mar?  La verdad, no es tan fácil ¿Porque no es fácil la tarea? Como hipótesis del porqué, aún, flota como ballena herida el fatídico barco digamos que: por una lado hay mucho poder y por otro miedo, mucha ignorancia, no hay movimientos de masas organizados capaces de canalizar la inconformidad, por ejemplo, Marcha Patriótica no lo puede hacer, simplemente,  porque el liberalismo no hace revoluciones; en cuanto al Partido Comunista colombiano   sus jerarcas   acomodaron su trono a la diestra de la oligarquía, la llamada  “izquierda” está comandada por falsos liderazgos y  el pueblo no se ha empoderado; sólo queda en Colombia una esperanza: la Unión Patriótica, en el corto tiempo que lleva saliendo de las cenizas ha producido un revolcón en la opinión nacional. Acaba de lanzarle un recto a la mandíbula de la oligarquía mediática con el cual mandó a la lona a María Isabel Rueda.  Creo que una vez  su V congreso actualice la Línea política y nombre timonel la oligarquía va a temblar de nuevo.

Es increíble   que, a nivel global, un puñado de egoístas, el 1% de la humanidad, hayan acumulado riqueza y poder,  suficiente para paralizar las ruedas de la historia. ¿Pero tan pocas bestias glotonas podrán por siempre devorar el pan de  tantos y paralizar la historia? No lo creo. ¿Cómo y desde dónde destrabar las ruedas de la historia?

Para lograr tan titánico empeño es  preciso enfocar la linterna hacia el horizonte donde se encuentra escondido el poder de los hombres excluidos, nada más ni nada menos que la fuerza del 99% de los habitantes de la tierra.

Para empezar hay que hacer dos cosas una perder el miedo, ya lo hicieron los cafetaleros y, ahora, los campesinos de Tibú; la otra es meterle ciencia al cuento, mientras permanezcamos ignorantes los reyes serán reyes.

 Confieso que meterle diente a la ciencia es algo tan duro como roer piedras. Pero lo hacemos o lo hacemos.  Sobre métodos y técnicas para crear conocimiento se han escrito cientos de miles de páginas, pero dadas las circunstancias de modo y tiempo hay que encontrar la manera de destrabar la historia, ojalá, en un par de páginas.

Edmun Husserl dijo que la herramienta  adecuada era la FENOMENOLOGÍA, y planteo  la ecuación idealista: “no hay objeto sin sujeto”. Pero a Augusto Comte no le gustó la cosa, y propuso   EL POSITIVISMO, donde niega toda posibilidad de crear modelos o abstracciones o de realizar conclusiones lógicas. Sus seguidores se dieron cuenta de que por ahí tampoco era la cosa, y,  entonces, para subsanar sus inconsistencias  se inventaron  el POSITIVISMO LÓGICO, la cosa que  éste  “anula al sujeto y prioriza al objeto”.

Avanzaba  a ciegas la humanidad hasta que, de repente,  se enciende lámpara y se ve en mitad del camino a Carlos Marx y Federico Engels  con la palanca precisa para destrabar  la historia en sus manos: EL MATERIALISMO CIENTÍFICO - HISTÓRICO; con éste se pueden  hacer análisis concretos de situaciones históricas específicas,  se puede saber con precisión cómo ha funcionado el orden de las relaciones sociales. Y algo muy importante es que permite describir, analizar y registrar los entrelazamientos entre los hechos históricos. Este método científico es como una llave universal, pues  explica las leyes del funcionamiento de un determinado  orden social. Ilustra  no sólo acerca de como son en realidad los hechos históricos, sino también cómo  se transforman, es decir, la manera de echar a andar la rueda.

Si aprendemos a manejar perfectamente las herramientas marxistas, no sólo podremos enviar al barco de la globalización (capitalismo) al fondo del mar sino llevar la mecha prendida de los campesinos de Tibú a las bases indígenas, a los sindicatos, qué tanta luz necesitan, a los afrodescendientes, estudiantes, amas de casa, obreros y campesinos de todos los rincones de la patria.
  
Tenemos la herramienta precisa en la mano ahora a aprender a usarla, ¿por dónde comenzar? Iniciemos por lo más difícil, en su  concepción filosófica materialista,  Marx dice que: "el ser social determina la conciencia social". En otras palabras que “el hombre es producto de su medio”. Algo así  como: no esperemos que un vecino “costeño” permanezca callado y con el equipo de sonido bajito escuchando música clásica como lo haría  un “cachaco”.   Esto significa que hay que tener conciencia de quiénes somos y cuál es nuestro puesto en la sociedad; existen dos clases diametralmente opuestas, los que se apoderaron de los bienes de la humanidad, llamados ricos u oligarcas, ya se dijo que son el 1% de todos los humanos sobre la tierra, y que al otro gran grupo pertenecemos el 99%. Pero muchos no saben ocupar su sitio, por ejemplo, el gerente de un banco cree que pertenece al grupo de los ricos, no acepta que es explotado por el banquero, el verdadero dueño del balón;  el caso es que cuando éste decide darle una patada donde sabemos y lo echa de la Institución, al infeliz, que se creía rico, le toca vender sus autos y hasta la casa para poder darle de comer a sus hijos. A estos individuos que no saben ubicarse en su sitio social que les corresponde V.I. Lenin les llamó: “lumpen proletarios”, y de estos sí que abundan entre los obreros, para citar un solo caso, tenemos al director de la CGT Julio Roberto Gómez, quien recientemente dijo que Él “no se sentía representado por las FARC-EP en la mesa de conversaciones en La Habana”, ¿cree usted lector que el 1% lo admite en sus filas?

A la luz del marxismo la educación es la correa transmisora  con la que el 1% nos ha impuesto sus ideas, cultura, conductas, juicios y valores.   Sentenció  Marx: "Las ideas dominantes son las ideas de las clases dominantes". Como vemos no es tarea fácil.  Pero no será tan difícil si sabemos ocupar  nuestro lugar, es decir, si tenemos conciencia de clase

La dialéctica materialista es otra herramienta que  Marx nos aporta, fundamental para destrabar la rueda de la historia, a luz de  ésta observamos que no sólo la naturaleza está en continuo y perpetuo movimiento sino que las sociedades tampoco se quedan quietas, y mientras hayan contradicciones, es decir, ricos y pobres, seguirá avanzando hacia un modo de organización sin esta perturbación de explotados y explotadores.  Luego ¡Aleluya¡ ¡El  capitalismo se mueve¡ ¿Hacia adónde? Hacia la sociedad sin contradicciones, y la única posible es el socialismo. ¡Hurra! ¡La historia  se puede destrabar y al capitalismo chatarrizar!

No quiero ser aguafiestas, pero el tránsito del capitalismo al socialismo no se va a lograr de buenas a primeras, el 1% no se va a quedar cruzado de brazos, eso no se va hacer por las buenas, habrá que pelear duro, afortunadamente el marxismo también pone a nuestro alcance armas letales, para atacar por todos los flancos al capitalismo.  

Creo que, por hora,  es oportuno dejar de roer rocas,  en un próxima entrega morderemos algo más blando…

*DMV. UN. MSc. Economía, PUJ. Profesor universitario.


No hay comentarios: