sábado, 22 de junio de 2013

LA VISIÓN DE LAS BASES DE LA UNIÓN PATRIÓTICA SOBRE LAS CONVERSACIONES EN LA HABANA

La Unión Patriótica más viva que nunca a pesar del genocidio estatal y de la traición interna. 


La Unión Patriótica encarna una generosa propuesta de paz, que la insurgencia, como expresión de su espíritu democrático y conciliador,  puso ante el gobierno de turno hace años sobre una fallida Mesa de negociaciones;  a ésta propuesta de accionar político, sin armas,  la oligarquía   respondió  brutalmente, decapitando sueños e ideales de transformación pacífica de la vetusta sociedad.

   La Unión Patriótica Nace del Acuerdo de “Cese al Fuego Tregua y Paz”,  firmado el 28 de mayo de 1984 en la Uribe corregimiento del Municipio de Mesetas Meta, entre el Gobierno colombiano representado por el Presidente Belisario Betancur y el pueblo alzado en armas en cabeza de las fuerzas insurgentes FARC-EP. Las  FARCE-EP aceptaron actuar políticamente dentro del marco legal vigente,  y, para ello, propusieron la creación de un Movimiento Político, en el que confluyesen todas las fuerzas democráticas del país, que propendieran por superar el estado de profundas desigualdades, injusticia, atraso y pobreza en que se encontraban la mayoría de colombianos. Se trató,  por parte de las FARC-EP, de una propuesta sincera; pero la oligarquía en el poder, al ver la gigantesca aceptación popular de la naciente UP, buscó esguinces y tergiversó su accionar político, afirmando    que la Unión Patriótica combinaba “las distintas formas de lucha”. De nada valió que la Unión Patriótica hubiese sido concebida, desde sus inicios, como un Movimiento Político independiente del grupo alzado en armas, tanto así    que las FARC-EP renunciaron a cualquier favorabilidad política, para ellas como tal.  El Movimiento Político, estatutariamente, se constituyó como una organización amplia, pluralista, cuya participación política se daba en las mismas condiciones que cualquier otro partido político, ya consolidado.  La  condición de transparencia de la Unión Patriótica la da el propio Consejo Nacional Electoral  CNE al quitarle la Personería Jurídica, alegando que no se pudo presentar a la contienda electoral, y no por otras motivacioens, lo que se debe aclarar es que el CNE no tuvo en cuenta las razones de Fuerza Mayor; éste Ente sabía que, incluso desde antes de su fundación, se había efectuado contra sus militantes un horrendo homicidio sistemático, planificado y organizado.  Organismos nacionales e internacionales han reconocido que fuerzas estatales y para estatales llevaron a cabo la eliminación física de candidatos presidenciales, candidatos a diferentes corporaciones públicas, congresistas elegidos y   miles de  sus militantes de base.  En fin, en ningún momento el Estado colombiano declaró “ilegal” al opositor Partido Político, es más el CNE conmina a sus militantes a   recobrar la perdida Personería Jurídica.

 La plataforma política de la Unión Patriótica convoca al grueso de la población colombiana, no solo la que padece necesidades, sino a  todas  y todos los que tienen vocación democrática, y que saben que para que haya armonía social es necesario dar bienestar a las comunidades.

 La mentalidad sanguinaria de las élites dominantes se evidencia en lo que le hicieron a La Unión Patriótica.  La clase política respondió a la generosa propuesta de paz de las FARC-EP negando la aprobación, siquiera,  de reformas que favoreciesen el incipiente proceso de Paz. Como  lo expresara Francisco Leal Bravo en La Coyuntura Política. 1982-1986: “se convirtieron en un obstáculo del proceso”, y   enfatiza, “como está ocurriendo actualmente”.   Las élites utilizaron, y lo siguen haciendo,  los grandes Medios de Comunicación de  su propiedad y a su servicio   (El Tiempo, familia Santos) para demeritar, deslegitimizar y criminalizar el proceso político de la UP, y por supuesto para reproducir y legitimar el discurso genocida en contra de ésta.  Las  fuerzas militares de aquel entonces se opusieron de manera directa a los acercamientos y firma del Acuerdo por parte del Presidente Betancur.  Hoy repiten la actitud en contra de las conversaciones en La Habana.

 Las mafias del narcotráfico, que permearon con su poder económico todas las fracciones de la sociedad, fueron utilizadas por el Estado como el músculo oscuro de la fuerza estatal;  los “paramilitares” se encargaron de ejecutar la   eliminación física de los militantes de la Unión Patriótica.  El  Profesor Iván David Ortiz, en su investigación sobre el genocidio de la Unión Patriótica, cuenta que mientras se estaba negociando, y aun estando vigente el “cese al fuego”, fueron asesinados 20 guerrilleros; y agrega que las FARC-EP tuvieron que enviar  una sonora carta al sordo presidente Belisario informándole sobre un plan militarista para asesinar a Jacobo Arenas durante la realización del primer congreso de la UP. En  marzo de 1986 se atentó contra la sede de la UP en Cali; y, antes de entrar en la contienda electoral, ya habían sido asesinados aproximadamente 300 militantes de la UP.

 La historia destaca, dentro las luchas sociales, a la UP como el movimiento con mayor capacidad de resiliencia, pues fue capaz de seguir proyectándose al futuro a pesar de los catastróficos acontecimientos, de los graves traumas y, peor aún,  del olvido de sus directivas.  La comunidad upeista, en cabeza de un puñado de sobrevivientes, “encajó” los shocks, las duras pruebas y rupturas;  las superó y siguió desenvolviéndose y viviendo en un nivel superior, en palabras de Michel Manciaux (La resiliencia: ¿mito o realidad)   “como si el trauma sufrido y asumido hubiera desarrollado en ellos, a veces revelado incluso, recursos latentes y aun insospechados”.

 El pequeño grupo de militantes sobrevivientes ha sabido mantener viva La Unión Patriótica a través de la continua participación en actos populares, en las Universidades mediante la  cátedra:    “El Genocidio de la UP”, y del acompañamiento de las luchas estudiantiles; y ha estado presente en el teatro, en el cine y en la investigación sociológica. En el plano jurídico se han instaurado   dos demandas, una apelando la resolución del CNE para lograr la restitución de la Personería Jurídica ante el Consejo de Estado y la otra en la Fiscalía de la Nación, para que lo ocurrido  se investigue como Genocidio Político contra la Unión Patriótica, estas fueron impetradas por los “conmilitones”: Ricardo Pérez González, Jeritza Merchán Díaz, Jorge Ignacio Salcedo Galán y el Ex Magistrado Jaime Araujo Rentería.  Hoy la militancia de Base de la UNION PATRIOTICA, en contra de   las fantasmales  directivas aparecidas a último momento,  a quienes se les descubrió su estrechos lasos con el paramilitarismo,  nos estamos   movilizando con miras a realizar el 5° Congreso, con el fin de reestructurarnos estatutariamente,  actualizar la línea política y para nombrar las directivas legales de nuestro Partido.

 Mirando hacia el futuro, y como aporte a La Mesa de conversaciones, queremos consignar nuestros puntos de vista; en primer lugar anotamos:  a pesar de que las FARC-EP aceptaron, generosamente, buscar un Acuerdo de Paz, sin que se toque “el Modelo”,  creemos que no se puede ni debe firmar Acuerdo alguno que no implique profundas transformaciones estructurales, culturales, sociales, económicas, políticas y jurídicas; de no ser así la guerra continuará, pues miles de compatriotas se verán obligados a empuñar las armas. Basta mirar nuestro cielo: la clase política está corrupta hasta la médula; se acaba de regalarles más armas e impunidad a los militares; los medios de comunicación están en manos de la oligarquía en el poder, y existen para sus fines de dominación; emplean un lenguaje guerrerista, generando una matriz de opinión en contra de las mismas conversaciones de paz y continúan estigmatizando a la UP con el mismo odio de antaño.  En segundo lugar pensamos que: el dinero destinado a la guerra debe servir para proporcionar educación gratuita a todos los colombianos en todos los niveles; para estimular la incipiente investigación científica y para cubrir  las abismales deficiencias en salud y seguridad social; creemos que nuestro pie de fuerza no necesita más de cincuenta mil hombres. Por otro lado se tiene que rescatar la perdida soberanía nacional, para ello se  propone control  estatal y publico de los recursos de la naturaleza, especialmente agua, minería y energía. Es necesario rescindir los desiguales TLC firmados con EEEU, la Unión Europea y Canadá. Se tiene que prohibir el acceso a nuestras bases militares por parte de las tropas USA. No se podrán exportar bienes primarios, sin que se les incorpore valor agregado, por tanto habrá que revisar los contratos de explotación de minerales firmados con diversas corporaciones transnacionales.

 Punto neurálgico es el correspondiente al sector rural: tendrá que efectuarse un vuelco total a la estructura de tenencia de tierras; la tierra es para el que la trabaja, y para que esto pueda suceder la tierra tiene que pasar a manos del estado. En cuanto al subsuelo se tendrá que prohibir, por ir en contra del medio ambiente, la explotación minera a cielo abierto. Se respetará la minería artesanal, y se estimulará la pequeña y mediana minería.

 Los militantes de la Unión Patriótica continuaremos trabajando por una sociedad igualitaria, y seguiremos siendo perseverantes en el reclamo de la paz con justicia social. Para aclimatar el ambiente de las conversaciones en La Habana, también,  creemos que debe declararse de manera inmediata el cese al fuego bilateral. Exigimos el respeto de los derechos Humanos, el cual comienza por desmontar, definitivamente, el   paramilitarismo.

 No  olvidaremos a nuestros muertos, por eso en su memoria, cargados de  razones históricas, políticas, jurídicas y éticas, reclamamos verdad, justicia y reparación integral, para ello exigimos: restitución material y simbólica;  y garantías en el escenario político, como: participación política, restitución de derechos -devolución de la Personería Jurídica- reparación y garantía de no repetición. Proponemos  la creación de una Comisión de Garantías, donde se tramite la reparación integral del GENOCIDIO POLÍTICO CONTRA LA UNIÓN PATRIOTICA, en ésta  tenemos que tener asiento los militantes de la UP.

 Exigimos  garantías para la participación efectiva en las decisiones políticas, económicas y sociales del país, se tienen que   tratar con igualdad a los desiguales. Decimos  que los partidos políticos sin importar si son de las mayorías o de las minorías, son los que tienen que decidir si participan o no en las contiendas electorales, sin que les sean arrebatados sus derechos políticos, como ocurrió con la UP. Y requerimos  de una ley de comunicaciones orientada a la creación de medios alternativos y alterativos, como contrapeso a los grandes medios desinformadores.

 Finalmente dejamos consignado que lógrese o no un Acuerdo entre las FARC-EP y el gobierno, seguiremos luchando hasta lograr lo anteriormente expuesto.

MILITANTES DE BASE DE LA UNIÓN PATRIÓTICA CONVOCANTES AL 5º CONGRESO.

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DILIA NELMA FORERO SANCHEZ
tomado: http://unionpatrioticadecolombia.org/2013/06/22/la-vision-de-las-bases-de-la-union-patriotica-sobre-las-conversaciones-en-la-habana/

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