viernes, 21 de junio de 2013

UN NUEVO GRAN PARTIDO DE LOS INDIGNADOS EN COLOMBIA

Libardo Sánchez Gómez*

En Colombia en los últimos tiempos han surgido dos movimientos sociales con gran capacidad para aglutinar el pensar y sentir de las clases sociales menos favorecidas, la más reciente es la Marcha Patriótica, la cual se dice que inicialmente agrupó a más de tres mil organizaciones. Pero como todo tiene su pero, en aras de un análisis riguroso y honesto, hay que decir que este mega movimiento ha girado desde su nacimiento en torno a dos personajes visibles, uno Piedad Córdoba, extraordinaria mujer, si fuera hombre se diría prohombre, entonces, digamos “promujer”,  defensora de derechos humanos, luchadora por la paz, víctima del racismo y de agresiones criminales contra ella y su familia, y víctima política del procurador, con el perdón de los talibanes,  el “Talibán Ordoñez”. El pero de Piedad Córdoba nace de su naturaleza política, pues su filosofía la ata al “glorioso” Partido Liberal, por lo que su alcance político llega hasta una  limitada social democracia. Y por más que, dentro de la social democracia,  Piedad le busque el rostro humano al capitalismo nunca lo va a encontrar, pues este es un monstruo, que a lo sumo puede ponerse una careta de bienestar.

Y otro vocero visible es Carlos Lozano, el director de VOZ, a quien recientemente le han venido saliendo a la luz pública sus, aún,  no aclarados, nexos con el paramilitarismo a través de su íntima relación con el ex congresista César Pérez García (fue testigo de su defensa) hoy condenado por la Corte Suprema de Justicia a 30 años de Cárcel por haber sido “determinador de la masacre de Segovia” en la que murieron 43 personas, pertenecientes a la Unión Patriótica. De los demás jóvenes voceros hay que decir que son brillantes y están convencidos de buena fe de que están en el mejor de los mundos.

Dado  su carácter vertical y al hecho de girar en torno a jefaturas mesiánicas   muchos militantes de manera silenciosa han ido saliendo de las toldas Marchistas; en el ensayo La Rebelión de las Bases (http://libsang-elviajeroysusombra.blogspot.com/2013/05/la-rebelion-de-las-bases.html) se mostró como los hoy convocantes  al V Congreso de la UP, al no ser tenidos en cuenta abandonaron las toldas de Marcha Patriótica. Y en el artículo Preocupaciones Centrales de los Movimientos Sociales en Latinoamérica  (http://libsang-elviajeroysusombra.blogspot.com/2013/06/preocupaciones-centrales-de-los.html) se dice que El Congreso de los Pueblos inició la retirada de Marcha. Otro aspecto fundamental que marcan las inconsistencias de Marcha es la falta de claridad en su línea política, ¿hacia a dónde apunta, socialismo… socialdemocracia? En cuanto a las amalgamas entre izquierda y derecha miremos lo que se lee en http://www.kaosenlared.net/america-latina/item/60901-colombia-unidad-sin-esperanza-o-esperanza-de-cambio.html: “…hoy por hoy pretende repetir la historia, con algunos retoques, en cuyo contexto estos sectores pueden ser representados por una liberal como Piedad Córdoba, o por alguno proveniente de cualquiera de las familias burguesas colombianas…” (¿Clara López, Polo?)

En este escenario es previsible, a la luz de un somero análisis materialista científico, que tarde o temprano el gran grupo termine diluyéndose en un suave miasma  socialdemócrata  el cual será fácilmente absorbido por el modelo.

Otro  movimiento “arremolinador” de masas ha sido  la Unión Patriótica, tanto que las élites en el poder al verse amenazados sus privilegios decidieron eliminar físicamente a sus militantes. Hoy parece oportuno recoger las opiniones de las bases de La Unión Patriótica, sobrevivientes al genocidio perpetrado por el Gobierno, como una política de estado, para cortarle las alas al cóndor que amenazaba con sacarlos de su nido de privilegios; estos con motivo de su proyectado V Congreso  están haciendo un llamado a todos los movimientos sociales y políticos a explorar puntos de coincidencia, con miras a  enfrentar exitosamente en el plano estructural, político, económico y social,  a las élites en el poder. Según lo que plantean,  la unidad no debe girar en torno al próximo trajín electoral, pues en las condiciones de dominación actual al parlamento  sólo tendrá acceso una anémica participación de la izquierda, la cual dentro de la “hemodinámica” del modelo  va a terminar contribuyendo  al    desangre de los anhelos populares.   No  obstante, algunos animosos de la vía electoral de izquierda, seguramente de buena fe, citan o, mejor, acomodan al trajín electoral colombiano las recomendaciones de V. I. LENIN referentes a la participación en el Parlamento,  olvidando las circunstancias muy particulares de la época,   países y   parlamentos del viejo mundo, a los que LENIN se refería. Allá  y en esa época desde el parlamento, tal vez, se podían lograr algunas reformas en pro de las clases populares; muy por el contrario de lo que se puede esperar  en Colombia; alguien dijo que el “parlamento moderno es apenas un teatro de sombras chinas”, y podríamos agregar: un teatro para mostrarle al mundo que tras el telón hay representantes de la izquierda. Por lo demás, en nuestro momento histórico actual, para la oligarquía en el poder es más desestabilizador no votar que diez representantes en el parlamento.

El reto  unificador debe asumirlo, desde las bases,  una nueva clase dirigente popular formada ideológica y políticamente, bajo la concepción científica marxista leninista,  aglutinada dentro de una gran organización, obviamente socialista.

Esta  líneas son un pequeño aporte, que se  suma a la capacidad creadora de muchos luchadores, aún, ocultos entre las invisibilidades de los falsos liderazgos, con la intención de   despertar la sensibilidad y emociones del pueblo;  pues cuando afloren las dormidas capacidades  populares se gestará la gran unión y, así mismo, se    radicalizarán las luchas populares  con miras a construir la nueva sociedad igualitaria.

Ajenos a prácticas dogmáticas y/o doctrinarias, urge, como base organizativa, una centralización de los movimientos de izquierda, que responda, sine qua non,  a las normas de los principios de clase. Dentro de la “Gran Organización Nacional Popular” cada movimiento tendrá su propio espacio, que le permita conservar su naturaleza y  esencia. La unidad debe girar en torno al objetivo final, que es la toma del poder por y para el pueblo; pero lo realmente unificador se fincará en una profunda, sistemática y continuada  educación política, pues sin esta no se podrá construir la nueva sociedad, en palabras de Carlos Mariátegui: “un proletariado que sin más ideal que la reducción de las horas y el aumento de los centavos del salario, jamás será capaz de una empresa histórica”. Se sabe que la educación es parte de la superestructura, y reproduce no sólo conocimiento sino también actitudes y hábitos. Marx sentenció: "Las ideas dominantes son las ideas de las clases dominantes", por eso, un día no lejano, serán nuestras ideas las que tendrán que tallarse en las neuronas del bruto dominador.

Definitivamente  para  crecer en conciencia hay que educarse. Incluso los estudiantes deben prepararse en marxismo y economía política;   los  obreros y demás sectores populares, también,  tienen que formarse intensamente; sólo así, dice Mariátegui, podrán transformarse "de clase en sí, en clase para sí". Bajo esas condiciones la clase excluida devendrá en clase dirigente. También, advirtió: "Nadie más que los grupos proletarios de vanguardia necesitan estudiar la crisis mundial".

 La gran organización se concibe  como un  núcleo dirigente de indignados capaces de organizar, movilizar   y llevar el pueblo a la acción. Los principios ideológicos, programáticos y la praxis se fundirán en el crisol de un movimiento marxista leninista, el cual será un faro en mitad del camino para las cabezas visibles  y sus demás compañer@s, y, a la vez,   una sombra que asuste a los “dominadores”. Y tendrán que asustarse porque viendo  de cerca al fantasma transformador sabrán que  su modelo neoliberal muy pronto será superado por la eficacia de los excluidos, quienes ondearán muy en alto la bandera de la sociedad socialista.

Con toda claridad se debe anunciar la naturaleza  socialista, estableciendo diferencias con los movimientos medias tintas y variopintos anexados a los partidos burgueses, que en boca del profesor JULIO YOVERA BALLONA (2012) “…más allá de la teatralidad de sus líderes andan al lado “izquierdo” de la derecha compartiendo  privilegios”. Diría que más que compartiendo los mendigan.

Los in visibilizados por la sombra de los dirigentes mesiánicos tendrán la oportunidad de asomar su rostro por las ventanas abiertas de la gran organización, y se les escuchará claramente su  indignada voz; será la voz  de los marginados social, económica, étnica y culturalmente: pueblos indígenas,    afrodescendientes, de las comunas, de barrios marginados,  campesinos, grupos de género, LGTBI, y de todos aquellos que han sido históricamente acallados.  Y, ahora incluso, de los pequeños y medianos mineros, y de los  productores del sector agropecuario e industrial arruinados por los TLC´s. Se tendrá    plena seguridad de que   los líderes voceros escucharán y ejecutarán las órdenes de sus jefes, las bases.

Las  fuerzas productivas y sus relaciones de producción irán pariendo los miembros protagónicos, encargados de liderar las luchas por las transformaciones.  También van naciendo condiciones objetivas y subjetivas que, a su vez,  determinan la manera como las organizaciones diversas    se pueden interrelacionar entre sí y la organización mayor”, permitiéndoles ejercer su propio protagonismo dentro del conjunto de la sociedad.

Qué tal estos dos huracanes sociales unidos en un espacio común donde, por encima de lo que los diferencia, confluyan los “intelectuales progresistas y revolucionarios”, multiplicando la fuerza de las ideas en torno a un proyecto de sociedad socialista; para, muy a lo Mariátegui (“interesa más la meta que el camino”)  crear “una Colombia nueva dentro de un mundo nuevo”.


*DMV. UN. MSc. Economía. PUJ. Profesor universitario.

No hay comentarios: