domingo, 19 de julio de 2015

Comunismo y capitalismo: mitos, realidad y futuro


Comunismo y capitalismo: mitos, realidad y futuro
La historia mundial no conoce muchos ejemplos de un antagonismo tan puro como el del comunismo y el capitalismo, un antagonismo que ha marcado el siglo XX y generado muchas ideas falsas entre la mayoría de la sociedad. 
¿Cuáles son los mitos más comunes en torno a los dos sistemas? ¿Cómo son los nuevos comunistas y por qué algunos llaman a los piratas informáticos "los izquierdistas a nivel tecnológico"? ¿Qué futuro le espera al capitalismo y si es posible una nueva revolución comunista? 
En este artículo, buscamos las respuestas sobre los dos sistemas más polares de la historia.
El debate entre el comunismo y el capitalismo es una batalla entre dos teorías socioeconómicas extremas, teorías que representan dos maneras inherentemente opuestas del pensamiento. Una de ellas es sumamente individualista (el capitalismo), mientras que la otra (el comunismo) antepone a la sociedad. Para explorar estas dos ideologías, el portal Buzzle compara uno por uno sus principales diferencias.

Propiedad de los medios de producción

La principal diferencia entre el capitalismo y el comunismo tiene que ver con la propiedad de los medios de producción o los recursos en general.
El comunismo rechaza a la propiedad privada/individual de la tierra o de los recursos vitales. En cambio, todos los medios de producción, como la tierra, deben ser propiedad del Estado, pero en el sentido de toda la comunidad de personas. Todas las tierras y los recursos que faciliten la producción de bienes y servicios son propiedad de todos y cada uno, todo es compartido, y todas las decisiones sobre la producción son tomadas por toda la comunidad por vía democrática. Además, hay un salario igual para todos, y todas las decisiones se deben tomar de acuerdo a lo que sea bueno para todos.
Por otra parte, el capitalismo se basa en la propiedad privada de la tierra y los medios de producción. Cada persona tiene que ganarse lo suyo, y una parte importante de los beneficios obtenidos por un negocio va al bolsillo de la persona que posee los medios de producción, mientras que los trabajadores que se encargan de dirigir el negocio tienen una pequeña participación. Cada persona recibe su salario conforme a su mérito y, naturalmente, las personas que posean los medios de producción tendrán la última palabra a la hora de adoptar las decisiones.

Como vemos, la propiedad de medios de producción es una de las principales manzanas de la discordia entre las dos ideologías, cada una de las cuales se basa en una idea extrema al respecto y, por lo tanto, comporta riesgos y debilidades.

Mientras el comunismo puede acabar con la idea de la iniciativa individual, que ha dado lugar a la mayoría de las innovaciones tecnológicas que tenemos hoy en día, el capitalismo contiene la semilla de la explotación, donde demasiada riqueza, y por lo tanto el poder, se concentra en las manos de unas pocas personas.

Libertad individual

El antagonismo entre el comunismo y el capitalismo se refleja también en sus puntos de vista dispares sobre la libertad individual. El comunismo pide anteponer la sociedad al individuo, mientras que el capitalismo pone la libertad individual por delante de la sociedad. 
Por lo tanto, la polaridad entre las dos ideologías se podría describir como "el individualismo contra el bienestar social". El capitalismo le da más importancia a las aspiraciones individuales y apela a la naturaleza egoísta inherente de los seres humanos, que a menudo es el resultado del instinto de autoconservación.
Mientras tanto, el comunismo apela a nuestro lado más santo, en que pensamos en los demás, antes que en nosotros mismos, reza el artículo.
De nuevo se trata de dos puntos de vista extremos, que tienen sus ventajas y desventajas. Así, algunos de los mayores avances en la historia de la humanidad han ocurrido gracias a la creatividad y a la iniciativa individual y en gran parte han sido frutos del egoísmo humano, aunque, en última instancia, beneficiaron a toda la sociedad.
El comunismo puede afectar a esta iniciativa individual, así como a la creatividad y el pensamiento original, haciendo que una persona haga lo que le digan.
El capitalismo, a su vez, alimenta deseos egoístas, lo cual amenaza con la aparición de autócratas capitalistas que puedan obtener el control de la vida y la muerte de miles de personas.
Sociedad
El comunismo defiende una sociedad igualitaria, sin diferencias de clases, razas, religiones o incluso nacionalidades, y donde todos los hombres y las mujeres estén en las mismas condiciones. De esta manera, no hay nada por lo que las personas puedan disputar.
Esto es bueno como una idea, pero tratar de ponerla en práctica es difícil, sostiene el portal. Además, agrega, es injusto pedir a las personas que renuncien a todas las cosas que las hacen diferentes.
El capitalismo promueve la distinción entre clases, creando una brecha entre ricos y los pobres, ya que en el capitalismo puro los ricos se hacen más ricos y los pobres, más pobres; la clase rica controla los medios de producción y ejerce el poder, imponiendo a la sociedad su propia distinción de clases y sus caprichos.

Anatomía del poder

Comunismo apela al ideal más elevado del altruismo, mientras que el capitalismo promueve el egoísmo.
En el capitalismo, la riqueza y el poder se concentran en las manos de las personas que poseen los medios de producción. Es decir, se crea una élite que controla el dinero, los recursos y el poder.
El comunismo, en teoría, se basa en la naturaleza santa, altruista y desinteresada de toda la humanidad, y, por lo tanto, en la distribución igual del poder. Todas las decisiones se toman por medios democráticos y no debe haber leyes injustas que favorezcan solo a algunos.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que la gente es inherentemente egoísta y el poder puede corromper la mente de una persona, fallando a la ideología y creando una sociedad injusta, reza el artículo.
"En última instancia, lo que necesitamos es un enfoque equilibrado, una combinación de buenos puntos de las dos ideologías. Una economía mixta donde el Estado tenga el control de los recursos vitales de una nación, garantice el bienestar para los más necesitados, a la vez que promueva el espíritu empresarial libre", concluye.
El debate entre los dos sistemas ha dado lugar a numerosos mitos que hoy en día, muchas personas siguen creyendo. Estas son las siete ideas falsas más comunes sobre el comunismo y el capitalismo.
La lista fue elaborada por el bloguero Jesse Myerson, quien afirma en su artículo publicado en el portal Salon.com que la mayor parte de lo que los estadounidenses piensan sobre el capitalismo y el comunismo es una "una tontería redomada".
"Esto no es sorprendente, dada la historia de los Temores rojos de nuestro país, diseñados para crear la impresión de que el anti-capitalismo es equivalente a traición", escribe Myerson. 

1. Las economías comunistas se basan en la violencia de Estado  

Es comúnmente aceptado que la regulación estatal de la economía en la URSS o en China constituye un instrumento represivo que solo es utilizado por un Estado que intenta penetrar en todas las áreas de la sociedad para dominarla. No obstante, el poder estatal es una condición indispensable para la protección de la propiedad, piedra angular del capitalismo. La única diferencia entre estos dos sistemas antagónicos consiste en que los comunistas insisten en que la propiedad, es decir, los medios de producción (como fábricas) o las acciones y bonos, debe ser distribuida universalmente entre toda la sociedad. 

2. Las economías capitalistas se basan en el libre intercambio 

La bucólica imagen de un mercado abundante, donde cada persona libremente puede satisfacer sus necesidades también es un mito bastante común. La realidad es que la naturaleza del mercado y su origen están marcados por las expropiaciones, como la privación a los campesinos de su acceso a las tierras, y la falta de libertades. La situación no ha cambiado mucho hoy en día en que la gran mayoría de la población se ve privada del acceso a los recursos necesarios pese a su aparente abundancia. Además, cabe recordar que para su desarrollo el capitalismo estadounidense requirió exterminar a pueblos indígenas y esclavizar a los africanos.  

3. Los Gobiernos capitalistas no atentan contra los derechos humanos

Sería poco creíble que un sistema que aplaude al rápido enriquecimiento en medio de una competencia despiadada no produjera graves actos de violencia y privaciones, pero curiosamente sus defensores mantienen que estos 'excesos' son una manifestación de la justicia y la libertad. Los que no estén convencidos de la tesis anterior podrían recordar que uno de los derechos fundamentales, el derecho a la vida, se viola diariamente cuando miles de personas mueren de desnutrición debido a que el libre mercado es incapaz de resolver este problema global.

4. Los regímenes comunistas son responsables de millones de muertes 

Quienes se animan enumerando los crímenes (tanto supuestos como reales) cometidos por regímenes comunistas prefieren no recordar que el triste balance de víctimas nunca estará a favor del capitalismo. Los defensores del capitalismo, en este caso, tendrán que buscar alguna excusa convincente tanto para el comercio de esclavos y el exterminio indígena como para las masacres realizadas por EE.UU. y sus aliados en sus intentos de derrocar gobiernos procomunistas. A esta cuenta hay que añadir el número de muertes a causa de las transiciones de países del bloque socialista al capitalismo. Los anticomunistas más virulentos tienen una manera muy astuta para desmentir estos casos de exterminio: simplemente niegan que hayan sucedido. 

5. El comunismo promueve la uniformidad 

Mientras que el inconsciente colectivo prevalece la imagen de una sociedad homogénea e altamente ideologizada que no deja espacio a la creación, este mito ya se ha hecho realidad en la mayoría de las sociedades capitalistas, donde crece la tendencia al consumismo descontrolado incitado por necesidades ficticias. Al contrario, la ideología marxista postulaba que uno de los objetivos del comunismo consiste en la liberación del tiempo para el desarrollo personal. De esa manera, el comunismo se basa en todo lo contrario a la uniformidad. 

6. El capitalismo promueve el individualismo

En una sociedad de masas, donde millones y millones de personas están produciendo y consumiendo las mismas cosas a gran escala, el individualismo parece casi un milagro o al menos una excepción de la regla. A veces basta con echar un vistazo a los barrios residenciales de las grandes ciudades con sus casas o supermercados uniformados para concluir que es el producto de una sociedad completamente opuesta a lo individual.
En 1867, en su libro 'El Capital' Karl Marx hizo su famosa predicción de la 'muerte' inminente del capitalismo. Pasados casi 150 años, el sistema está vivo y el debate sobre su futuro continúa con mayor o menor intensidad. La crisis que durante los últimos años sufren varios países desarrollados hace que cada vez más los expertos hablen de grandes cambios que pronto tendrán lugar en el actual sistema social y económico a nivel mundial.
Tras la desintegración de la Unión Soviética, gran parte de la población creyó que el capitalismo había triunfado por completo. Sin embargo, en los últimos años el sistema económico afronta numerosas conmociones económicas y sociales. En Occidente se reduce la clase media, aumenta de forma alarmante el paro y el 'estado del bienestar', considerado como el mayor logro del capitalismo de postguerra, cada vez más es una realidad del pasado. Por otra parte, en Oriente la explotación de trabajadores adquirió los niveles del cruel siglo XIX.
infografia
En el nuevo libro '¿Tiene futuro el capitalismo?', obra conjunta de varios economistas y sociólogos reconocidos a nivel internacional, los expertos coinciden en que el mundo está a punto de entrar en una crisis estructural del sistema capitalista, revela la revista 'Expert'. De este modo, el sociólogo estadounidense Immanuel Wallerstein escribe que el crecimiento del capitalismo alcanzó su tope en los años 70, mientras que todas las décadas siguientes el sistema solo superó las numerosas crisis, sin resolver ningún problema.

"Desde hace más de un siglo, la humanidad viene acercándose y parece ya estar cerca de un pico desconocido y sin precedentes de su evolución"
Georgi Derluguián, profesor de ciencias sociales y políticas en la Universidad de Nueva York en Abu Dhabi
"El sistema mundial moderno no puede seguir de la misma manera, ya que el capitalismo no puede acumular ganancias sin parar", concluye el experto. Por su parte, el doctor Randall Collins destaca que el fin del capitalismo se producirá en 2040, año en que según él, más de un 50% de la población activa perderá su trabajo por los procesos de sustitución tecnológica.
El mayor interrogante para Collins es qué sistema ocupará su lugar: ¿una dictadura fascista o un sistema democrático no capitalista? Pero lo más probable según el experto es que "en los próximos siglos tendrá lugar un constante cambio entre dos sistemas: del capitalismo al socialismo, y a lo mejor, otra vez al capitalismo".
A su vez, para el sociólogo Craig Calhoun, el capitalismo se salvará solo en caso de superar tres amenazas pendientes: el desequilibrio del sector financiero en relación a otros ámbitos de la economía que provocan enormes deudas y especulaciones irresponsables; los problemas sociales y ecológicos creados por las políticas neoliberales, y por último, las posibles guerras y cambios climáticos.

"El fantasma del comunismo ha vuelto, y ahora no solo recorre Europa". A esta conclusión llega un reciente artículo de la revista 'Russki Reporter', que sostiene que tras la crisis de 2008, se habla cada vez más de un inevitable colapso del capitalismo.
En cuanto a Europa, el artículo hace hincapié en la "socialista y antiglobalista" Syriza en Grecia, y en la creciente fuerza de Podemos en España, mientras que el movimiento 'Occupy' en EE.UU. y las victorias de la izquierda en América Latina "hacen pensar en el renacimiento del movimiento de izquierda en el Nuevo Mundo".

¿Cómo son los nuevos izquierdistas?

"¿Qué clase de futuro es el que nos están preparando los nuevos izquierdistas? ¿Qué es lo que nos espera: la realización de una nueva utopía social o una distopía sombría?", se preguntan los autores del artículo.
Los nuevos izquierdistas son muy diferentes entre sí: "desde los intelectuales académicos hasta los revolucionarios del pueblo que lideran la lucha por la liberación nacional en el Tercer Mundo", detalla la publicación, agregando que en la sociedad europea o incluso en la estadounidense, el izquierdismo moderado se va convirtiendo en la norma, "aunque no siempre se trata del verdadero marxismo, sea cual sea el significado de este término".
Los nuevos izquierdistas leen a Marx, pero son mucho más apasionados acerca de las últimas ideas progresistas. Se caracterizan por su interés hacia la democracia directa electrónica, la economía de red y el 'anticopyright'; la oposición a la globalización jerárquica en beneficio de las empresas transnacionales y el apoyo a la idea de una renta básica incondicional para todos como un medio para evitar desempleo y concentrarse en un trabajo creativo libre en una era de la robótica.
Asimismo, después de la crisis de 2008, comenzó a crecer rápidamente  el número de partidarios de un mayor control sobre los bancos y las corporaciones, la subida de impuestos a los ricos, y la lucha por preservar los logros sociales.

"Durante un siglo y medio de su existencia, el marxismo ha cambiado el mapa del mundo y de la vida humana en nuestro planeta, mucho más que el cristianismo durante 2.000 años, y sigue cambiándola"
Alekséi Tsvetkov, escritor y activista izquierdista

"Los izquierdistas apuestan por el desarrollo de las nuevas tecnologías", explica el escritor y activista ruso Alekséi Tsvetkov, poniendo como un ejemplo típico de las nuevas relaciones postcapitalistas, que no caben en el sistema capitalista, todo lo que está relacionado con el 'anticopyright'. 
"Para nosotros es difícil imaginar cómo será el futuro postcapitalista, pero nos estamos acercando a él gracias al desarrollo de la tecnología, al crecimiento de la educación de las personas, a la aparición de nuevos grupos sociales. La ideología de la expansión del acceso público a las cosas es lo que une a todos los izquierdistas", explica el escritor.
En este sentido, prosigue, "los piratas informáticos también son izquierdistas, a un nuevo nivel tecnológico", ya que actúan de acuerdo con la lógica comunista: "Si tienes algo que compartir sin perderlo, tienes que compartirlo".
En opinión del escritor, "el derecho burgués, que defiende los derechos de autor, por ejemplo, en el caso de una película, parte del hecho de que se trata, en primer lugar, de una mercancía, y en el segundo, de una película para el público", mientras que los izquierdistas parten del hecho de que la película es una película, y verla como una mercancía distorsiona el significado de las cosas.
No obstante, Tsvetkov admite que en el sistema capitalista, la idea general de acceso libre a las cosas, a menudo conduce a un efecto contrario, y que no es lo mismo "un código abierto, que producen muchos y que utilizan todos, y la falta de recursos para hacer una nueva película si no pagan por ella".
"El libre acceso a la música, las películas, los artículos enriquece a las grandes corporaciones de Internet, mientras que los creativos y los equipos están en una crisis constante de recursos", lamenta el activista.

¿Estamos ante una nueva revolución?

En las ciencias sociales y la filosofía política, la mayoría de las nuevas ideas pertenecen a la izquierda, simplemente porque hablan de la transformación del mundo. Los conservadores buscan preservar las formas de vida y los valores existentes, el neoliberalismo cree en las leyes naturales del mercado y no en los proyectos sociales. "El progreso social necesita a los izquierdistas", destaca 'Russki Reporter'.
"Desde hace más de un siglo, la humanidad viene acercándose y parece ya estar cerca de un pico desconocido y sin precedentes de su evolución", comenta Georgi Derluguián, profesor de ciencias sociales y políticas en la Universidad de Nueva York en Abu Dhabi.
"A finales del siglo XX, el capitalismo se deshizo de los antiguos temores de la izquierda, obtuvo acceso a las gigantescas masas trabajadoras de China y el flujo de recursos de las exrepúblicas soviéticas. Pero, ¿significa esto que el capitalismo como sistema histórico es eterno?", se pregunta Derluguián. "Ningún sistema complejo es eterno. Se le acumulan costos y contradicciones", remata.
El capitalismo tiene cerca de cinco siglos. Hasta mediados del siglo XX los grupos capitalistas de Occidente dominaron el mundo de las colonias y el mundo agrario y campesino con altas tasas de natalidad y bajas expectativas de beneficios sociales. "Hoy en día está claro que todo esto ya no es así", concluye el analista.
"En realidad, aquí no se trata de simpatías personales, sino de lógica histórica", señala a su vez Alexéi Tsvetkov. "Para la derecha, la lógica del progreso simplemente no existe, existe solo la lógica de las normas tradicionales y las desviaciones de la misma. Para los liberales, la lógica del progreso existe hasta cierto punto, y luego la historia termina con el triunfo del libre mercado. Para los marxistas, la sociedad moderna no existe en la historia, sino en la prehistoria, hasta que se eliminen todas estas barreras", explica.
Tsvetkov está convencido de que la verdadera historia de la sociedad humana "empezará con la revolución comunista, porque finalmente todo volverá a la normalidad y el mundo al revés será reemplazado por uno adecuado".
"La mayoría de los izquierdistas, aunque no crean en la revolución comunista, mantienen este ideal en mente como un horizonte, como una forma de evaluar lo que está sucediendo", afirma.
Por otra parte, algunos expertos consideran que no ocurrirá un cambio radical sino que el capitalismo tendrá que realizar una serie de reformas para poder responder a los nuevos desafíos. "Se establecerá a nivel mundial un capitalismo reformado con mayor igualdad y derechos sociales para todos. No será el fin del capitalismo, sino la aparición de un capitalismo mejor", asegura el profesor de la Universidad de California, EE.UU., Michael Mann.
Si la historia de la relación entre el comunismo y el capitalismo ya por sí misma es tan complicada y ha dado lugar a tantos mitos e ideas falsas, el futuro de los dos sistemas es aún más incierto y difícil de predecir.
Volviendo al libro '¿Tiene futuro el capitalismo?, la conclusión conjunta de los expertos consiste en que la gran crisis de este sistema, "sea cual sea el escenario, no significa el fin del mundo", ya que "el fin del capitalismo inspira la esperanza" de su transformación en formas nuevas "más humanas" o su transición en el renovado socialismo democrático. Y usted, ¿qué opina al respecto?
En la elaboración de este artículo se han utilizado los archivos multimedia de RT, RIA Novosti, Reuters,  arbrenoir 
Preparado por María Lekant, Iván Sérbinov

martes, 14 de julio de 2015

Primer Informe sobre la presencia neoparamilitar en Colombia


1.-PUTUMAYOTras la desmovilización de los paramilitares en Putumayo (marzo de 2006), se sabe que en la región continuaron operando unidades, dedicadas especialmente a proteger el negocio del narcotráfico, ello en razón a que uno de sus últimos jefes alias “Macaco” (Carlos Mario Jiménez), realmente era conocido en Puerto Asís como narcotraficante, quien desde el 2002 aproximadamente compró la “franquicia” paramilitar, quizás buscando beneficios posteriores en el proceso que se iniciaría de desmovilización.
El radio de operación de los paramilitares se concentró en La Dorada-San Miguel, Valle del Guamuéz, Puerto Caicedo y Puerto Asís principalmente, manteniendo bases en Puerto Asís y Valle del Guamuéz (El Placer), siendo estos lugares en donde más permanecieron.
En Puerto Asís fue conocida la hacienda Villa Sandra (km 5 aprox.) como uno de los lugares en donde más permanecieron, a pesar de estar ubicada la base de la Brigada Móvil 13 en el km 1 y la de la Brigada 27 de Selva en Santana (km 12), sobre la misma vía (Puerto Asís – Mocoa); así mismo, Puerto Caicedo fue controlado por estas estructuras quienes libremente se movían desde Puerto Asís por esta vía, instalando posteriormente otro centro de operaciones o base en el corregimiento de San Pedro (jurisdicción de Puerto Caicedo), a 5 minutos de la cabecera municipal.
Los pobladores de esta región dan fe que aún estructuras que pertenecieron al Bloque Sur Putumayo continúan delinquiendo en la región; en Puerto Asís bajo órdenes de Los Rastrojos, ejerciendo control sobre el negocio del narcotráfico, y recibiendo apoyo económico y logístico de sectores del comercio y narcotráfico, con la presunta complicidad de las fuerzas militares y de policía.
El comandante actual de este grupo en la región es alias “El paisa”, quien tiene hombres concentrados en una finca propiedad de Jorge Coral, o de su familia, (exalcalde de Puerto Asís por tercera ocasión), quien en los períodos anteriores mantuvo complicidad con las AUC; Revista Semana en el informe de riesgo electoral en 2011 publicó audios de conversaciones de éste con el jefe paramilitar de aquel entonces alias “Gárgola”. Dicha finca se encuentra ubicada en el sector conocido como el 9 (Km 9), sobre una vía terciaria que termina a orillas del río Putumayo. Allí cerca en encuentran tres ríos (Putumayo, Acaé, Guamuéz), en cuya región este grupo permanece custodiando un cristalizador de coca.
Otros hombres de este grupo habitan en diferentes viviendas de Puerto Asís, especialmente en los barrios Kennedy, Jardín, Villa Rosa, Los Pinos, Buenos Aires; y en Puerto Caicedo, en el corregimiento San Pedro se sabe que ocupan otra finca.
Muchas de las muertes que se presentan entre estos dos municipios ocurren entre Puerto Asís (km 1-5-9- Santana – San Pedro), un corredor de no más de 30 kilómetros en donde están una Estación de Policía, la base militar de la Brigada Móvil Nº 13 (Km1), el Batallón de Ingenieros (Km 5), la Brigada 27 de Selva (Santana) y una Base de la Policía (Puerto Caicedo).
En Puerto Asís, desde el año 2014 especialmente, Los Rastrojos reclutaron jóvenes para vincularlos al expendio de drogas, instalando las llamadas “ollas” del microtráfico en los barrios Jardín, Villa Paz, Montañita, Buenos Aires, Metropolitano, Calle del Puerto (sector de los bares).
Se sabe que en Puerto Asís, se ha mantenido la estructura armada neoparamilitar al servicio del narcotráfico y sicariato.
Igualmente, la policía1 reconoce recientemente la existencia de otra estructura armada, FUR (Fuerza Urbana Revolucionaria) y que al parecer opera principalmente en Orito y Valle del Guamuéz; sin embargo no la cataloga como Bacrim, sino delincuencial.
Recientemente, el 7 de abril del presenta año, entre Orito y el Empalme (Jardines de Sucumbíos, Ipiales), salió un panfleto amenazando organizaciones y líderes, firmado por un grupo que se hace llamar Grupo Armado La Mano Invisible - Comandos Urbanos. La amenaza en panfletos apareció después de fuertes despliegues militares en dicha región, por lo que las comunidades relacionan esta amenaza proveniente directamente de los militares; a pesar de ello, se ha tenido conocimiento que estas amenazas se debe a la preocupación que existe en grupos y sectores de ultraderecha en la región con relación a la fuerza que el movimiento social está ganado en la región y que entrará a las contiendas electores a disputar alcaldías y concejos en varios municipios del departamento; los poderes tradicionales catalogan las iniciativas como estrategia política de las Farc.
En mayo pasado un grupo armado vestido de civil atacó a una comunidad indígena Nasa en coincidencia con las operaciones empresariales petroleras, que se vieron afectadas por una denuncia comunitaria instaurada contra la multinacional Gran Tierra de Canadá.
Todos las situaciones aquí descritas, las han denunciado organizaciones de derechos humanos
2.-META2.1 Municipio de El Castillo
En el año 2013 los grupos paramilitares inician una oleada2 sobre este municipio con el fin de ejercer el control social y económico en la región. Los paramilitares hacen presencia en los caseríos del Encanto, Medellín del Ariari, Puerto Esperanza y área urbana del Castillo. Los paramilitares vestían prendas militares, de civil y algunos con radios y armas.
El día viernes 21 de junio de 2013 se realizó un consejo de seguridad en el municipio y en este espacio las autoridades del municipio reconocieron la presencia de paramilitares los cuales operan de manera abierta en Medellín del Ariari y en las zonas rurales del municipio. De igual forma se reconoció el cobro de extorsiones a los comerciantes y dueños de fincas de la región.
Militares del batallón 21 Vargas en ocasiones han manifestado que se retiran de algunas zonas del municipio para que los paramilitares puedan actuar, y puedan ejercer el control que la fuerza pública no puede. Los paramilitares han exigido a los pobladores información sobre el paradero de la guerrilla, nombres de las y los líderes de las comunidades, quiénes fueron integrantes del partido comunista y quiénes pertenecen a otras iglesias fuera de la católica. De igual manera manifiestan abiertamente que su presencia en la región es para controlar los robos, la venta de marihuana a los viciosos y a los guerrilleros.
Cabe resaltar que la presencia de estructuras paramilitares coincide con el avance del proceso de socialización del Área de Perforación Exploratoria – APE Guarupayo dentro del Bloque petrolero CPO 9.
En la actualidad las estructuras paramilitares realizan control de civil en los caseríos de la parte baja del municipio y desde allí seguimiento y control a los habitantes de la parte alta del mismo.
2.2 Municipio de Mapiripán
El municipio es controlado por estructuras paramilitares que tienen su base de operaciones en el caserío conocido como La Jungla, desde donde despliegan operaciones en Cooperativa, Guacamayas, San Andrés, con puntos de control. Desde ahí controlan los vehículos que se mueven por la vía al igual que las personas que salen y entran a la región.
En el caserío de Mapiripan hay presencia paramilitar, los cuales se movilizan en motocicletas dentro del casco urbano y a las zonas rurales. Cabe señalar que la presencia paramilitar incluye las zonas de cultivo de Palma aceitera perteneciente a la empresa POLIGROW, empresa italiano-española que desarrolla el mono cultivo de Palma en el municipio.
En el casco urbano existe presencia policial y una base del Ejército, los cuales no actúan ante la presencia de grupos neoparamilitares.
Los Urabeños operan en el área de la Finca Santa Ana, expropiada por Poligrow a miembros en proceso de sucesión de las tierras de la familia Aljure. Se mueven en el área que comprende el caserío de la COPERATIVA, el caserío del CIARE y el caserío de GUACAMAYAS. Entre quienes comandan esta estructura se encuentra el conocido con el alias de “El Tomate”.
Los conocidos como de Del Meta operan en las orillas del Caño Ovejas hacia San José del Guaviare, cerca de los municipios de Puerto Rico y de Puerto Lleras, en particular en las veredas el MIELÓN, EL TRINCHO, el AGUILA y PUEBLO SECO.
Una tercera estructura se hace llamar como “Los Héroes o los Libertadores”, que tienen su lugar de operaciones en frente del municipio de Mapiripán, del otro lado del Río Guaviare, en ese departamento. Pero operan también en el casco urbano.
3.-CHOCÓ3.1 Cuenca del rio Curvaradó
Se conoce de la fuerte presencia de estructuras paramilitares en esta cuenca con la instalación de puesto de control en el puerto de Brisas del Curvaradó, comunidad de Llano Rico, Apartadocito, El Cerrado, Quebrada Montería y Despensa Baja. En estos lugares los paramilitares hacen constante presencia, amedrantan a las comunidades y líderes comunitarios. Adicionalmente se sabe que el centro de operaciones de estas estructuras es el corregimiento de Pavarandó, perteneciente al municipio de Mutatá y en Belén de Bajirá. Las operaciones las realizan en medio de la presencia policial y militar.
3.2 Pedeguita y Mancilla
En esta Cuenca se sabe del fuerte control ejercido por las estructuras paramilitares de Los Úsuga (Urabeños), quienes a lo largo de las comunidades de San Andrés, Santa María, Campo Alegre, Playa Roja y el Siete, que conforman el consejo comunitario, tienen una larga red de informantes y estructuras armadas, que controlan el tráfico de armas y de droga.
En Pedeguita se asientan los grupos herederos de SOR TERESA GÓMEZ, repobladores traídos en concurso con la Diócesis de Apartadó, concretamente a través del padre Leónidas Gallego. Desde allí se han creado grupos armados de civiles de presión que operan con la tolerancia y conocimiento de la policía de Urabá, que se encuentra en Belén de Bajirá. Allí se han definido estrategias para atacar a los reclamantes de tierras. Han torturado y quemado propiedades de los habitantes despojados que regresan.
3.4 Cuenca del rio Cacarica
La estructuras paramilitares ejercen actualmente control militar y social en los municipios de Turbo, Antioquia y Rio Sucio, Chocó. Así mismo, existe un control sobre los puertos intermedios de esta ruta sobre el rio Atrato, tales como: Bocas del Atrato, Tumaradó, Puente América o Travesía, La Honda y Yarumal, a través de informantes y personas armados vestidos de civil.
Los municipios de Turbo y Rio Sucio son los lugares donde las comunidades desarrollan parte de las actividades en cuanto a la venta de excedentes de producción, como la compra de bienes de supervivencia y también donde paramilitares controlan el ingreso de alimentos hacia el sector rural. Desde allí emiten ordenes y amenazas de detención bajo la premisa de que tienen destino a la guerrilla.
En el caso de Tumaradó y La Honda las estructuras sobre los ríos obligan a las embarcaciones a acercarse allí, revisan las cargas, exigen facturas, cobran extorsión y acusan a la población de ser colaboradora de las guerrillas.
En el caso de Tumaradó al cruzar la orilla se encuentra una base fluvial, sin que actúen sobre los armados.
3.5 La Larga Tumaradó
Se conoce de la presencia de paramilitares en la comunidad de Tierradentro, quienes hacen presencia constante en estos territorios, así como el control ejercido por estas estructuras en el municipio de Belén de Bajirá, en donde tienen su centro de operaciones.
4.- Valle4.1 Buenaventura
E n todo el Pacífico la desmovilización paramilitar del Bloque Calima fue parte de un montaje para legitimar el proceso de la ley 975, pero el territorio quedó y se mantiene hasta la fecha bajo el control de las estructuras que asumieron la fachada de Águilas Negras, Rastrojos, Empresa, Gaitanistas o Urabeños, pero mantienen la misma lógica de actuación al lado de la fuerza pública para garantizar el despojo desde el desplazamiento forzado, el control social territorial para el tráfico de droga y el favorecimiento a la inversión empresarial y extranjera en el principal puerto de Colombia y en medio de la mayor militarización que pueda tener una ciudad.
El control actual de Buenaventura está bajo el mando de los Úsuga.
El Distrito de Buenaventura está ubicado en la Costa Pacífica, del departamento del Valle del Cauca. Es el puerto por el que ingresa y sale el 60% de productos de la economía del país.
Un importante grupo de habitantes de este municipio se encuentra ubicado en barrios de “bajamar”, antiguos manglares cortados, aplanados y rellenados con escombros, donde los pobladores de Buenaventura, han construido sus casas, cerca del océano para desarrollar su actividad económica de supervivencia.
Este panorama de exclusión social se superpone con los intereses económicos, que en la actualidad se concentran en el puerto de Buenaventura, como el proyecto de la sociedad Puerto Industrial AGUA DULCE S.A – SPIA subsidiaria de Internacional "Container Terminal Service Incorporate”, La terminal logística de Contenedores, TLBUEN, aeropuerto internacional, las bodegas de almacenamiento de carbón, oleoducto del Pacífico, Ferrocarril Transandino, un puerto mineroel proyecto de MALECON turístico y la mencionada CADENA hotelera, proyectada sobre el territorio donde habitan 12 barrios de Bajamar.
En el casco urbano de este puerto marítimo hace más de 5 años no se reporta presencia evidente de grupos guerrilleros. Las cifras de violaciones a derechos humanos y desplazamientos forzados es el más alto de todo el país. La mayoría de estas violaciones son atribuidas a los grupos sucesores de paramilitares que surgieron en Buenaventura luego de que el Bloque Calima de las AUC se desmovilizara en diciembre de 2004. Al menos desde octubre de 2012, los Urabeños y la Empresa han sido los dos principales grupos neoparamilitares que se disputan el control de la ciudad y en la actualidad se consolida del grupo paramilitar conocido como las Autodefensas Gaitanistas de Colombia.
Human Rights Watch en un reporte publicado hace varios meses, advirtió que “que barrios enteros de la ciudad se encontraban bajo el dominio de poderosos grupos sucesores de paramilitares”.

El informe además indicó que:
Estos grupos descuartizan a sus víctimas y arrojan los restos humanos a la bahía o en los manglares que se extienden en sus orillas, o los entierran en fosas clandestinas, según han señalado residentes y funcionarios. En varios de los barrios, los residentes denuncian que existen “casas de pique”, donde los grupos desmiembran a sus víctimas. Varios residentes con quienes hablamos indican que han escuchado a personas que gritaban e imploraban piedad mientras eran desmembradas en vida”.
En el casco urbano de Buenaventura se ha reportado la existencia de fronteras invisibles donde se restringe, de facto, la movilidad de los habitantes, ello se suma a que los chantajes, la extorsión y las amenazas se han acentuado en los últimos meses. Human Rights Watch también reportó que “Los Urabeños y la Empresa han controlado la circulación de residentes entre los distintos barrios de la ciudad. Los grupos vigilan de cerca a las personas que transitan por diversas calles o barrios donde tienen presencia activa. Si ingresa a un barrio una persona que el grupo que lo controla no conoce —o que se sabe que proviene de una zona dominada por un grupo rival— se expone a que se presuma que tiene vínculos con enemigos y a ser asesinada o ser desaparecida”.
Entre octubre y noviembre de 2012 se produjeron 8 eventos de desplazamiento masivo por la intensificación de la confrontación armada entre los grupos ilegales conocidos como Los Urabeños y La Empresa, que afectó a seis barrios de Bajamar, más de 1.500 familias y 5.000 personas, los cuales fueron denunciados ante la opinión pública por la Defensoría del Pueblo, ACNUR y OACNUDH en el mes de noviembre de 2012. Según cifras oficiales, cada año desde 2011, Buenaventura ha sido el municipio de Colombia donde más personas han sufrido desplazamiento forzado: 22.028 residentes abandonaron sus hogares en 2011, 15.191 en 2012 y 13.468 entre enero y octubre de 2013.
Según los reportes de la Defensoría del Pueblo desde el 2013 se ha observado la instalación de prácticas como el desmembramiento y la tortura. Entre junio y octubre de 2013 se conocieron ocho casos de esta naturaleza, y el último reportado hasta el 7 de noviembre del año pasado se reportó durante la primera semana de ese mes cuando fueron hallados los restos de un menor de edad que trabajaba como motorista de una lancha de pescadores, y de quien apenas se encontró el tronco en un sector del barrio Viento Libre. Human Rights Watch en un informe publicado en el 2013 reportó que “ durante el último año y medio, se hallaron en Buenaventura restos humanos descuartizados que pertenecían al menos a una decena de personas, muchos de los cuales aparecieron en las playas y costas de la ciudad y zonas aledañas, conforme indican versiones oficiales y artículos en los medios"
Adicionalmente, el reclutamiento forzado, incluidos menores de edad, por parte de grupos neoparamilitares también ha sido advertido por organismos nacionales e internacionales. En 2013, la Personería de Buenaventura recibió denuncias de 35 casos de intentos de reclutamiento forzado que afectaban mayormente a víctimas de entre 17 y 25 años.
Con la finalidad de tener controlada a la comunidad y tener informantes dentro de sus filas, las estructuras paramilitares han incorporado niños, niñas y jóvenes del sector. En el caso de los niños estos son vinculados desde muy temprana edad como informantes o “campaneros”; son los que brindan datos de la presencia de extraños en la calle, al mando de los paramilitares. Algunos niños y niñas han sido vinculados como informantes y han sido enseñados a cometer actos crueles como a descuartizar gatos y perros.
Dentro del proceso de introducción a la estructura paramilitar se les vincula con el consumo de drogas, se les paga mensualmente con dinero o con drogas psicoactivas, como la marihuana, el bazuco o la cocaína; se les instruye en técnicas de terror e intimidación, uso de armas AK y de 9 mm, y en la muerte violenta de gatos y de perros.
La mayoría de los comandantes de los barrios son jóvenes entre los 18 a 25 años, los cuales en la mayoría de los casos son los responsables de prácticas tan atroces como el descuartizamiento de personas o ”pique”. Un joven puede recibir mensualmente un promedio de $700.000, equivalente a 350 USD
Conforme a la información documentada por la Comisión de Justicia y Paz, en el área urbana relatan que desde noviembre de 2013 hasta la fecha han sido asesinadas entre 80 a 100 personas. Dado el enorme temor que enfrentan los habitantes de Buenaventura y los temores por represalias, existe en varios casos información precaria sobre las circunstancias de tiempo, modo y lugar en la que se han desarrollado varios de los homicidios y actos de tortura.
En el mes de junio de 2014 en el barrio Piedras Cantan hace presencia el grupo paramilitar conocido como los “AGC Gaitanistas”, al mando de los paramilitares alias “Didier”, “Indio” y “Santiago”, quienes ya salieron de la zona.
Los paramilitares realizaron diversas reuniones comunitarias en las que se presentaron como una organización político-militar conformada por más de 35 hombres. Ellos señalaron que entrarían a ocupar uno de los puentes llamado Brisas.
De acuerdo con los anuncios, alias “Didier”, “Indio” y “Santiago” sostuvieron que semanalmente ingresarían grupos de paramilitares hasta conformar un contingente de 2.500 hombres en Buenaventura. Agregaron que ellos contaban con respaldo de la policía y de militares y también de autoridades locales. Distribuyeron el periódico denominado “El Gaitanista”.
Esta arremetida paramilitar se da pocos meses después de que “La Empresa”, ubicada en el barrio Piedras Cantan, realizara una supuesta desmovilización, en mayo del 2014 en un acto público al que asistieron distintas entidades de gobierno nacional y local, entre ellos el Coronel en retiro FERNANDO MOJICA .
En este proceso de desmovilización de la estructura neoparamilitar “La Empresa” se firmaron actas de compromisos de desarme y de presencia permanente por parte de la Infantería de Marina, quien asumió la responsabilidad de no permitir el ingreso de paramilitares al sector Piedras Cantan, lo cual incumplieron dejando ingresar a Los Gaitanistas, sin hacer ningún tipo de control.
Se constatan además los nexos directos entre las estructuras neoparamilitares con la fuerza pública, porque según los testimonios de uno de los paramilitares que participó en la supuesta desmovilización, informó que cada vez que iban a realizar un asesinato le pagaban al comandante de la policía de turno, para que se retirara con sus hombres por determinado tiempo, mientras ejecutaban el hecho. De la misma forma trabajaban con la Infantería de Marina a quienes les ofrecían algún tipo de estupefacientes y dinero para que les dieran el espacio y poder actuar con tranquilidad.
Los asesinatos de pobladores siempre se han efectuado en cercanía a la fuerza pública, sin tener ninguna reacción inmediata contra los victimarios.
La estructura neoparamilitar Los Gaitanistas, salieron del sector de Piedras Cantan por presión de la comunidad en el mes de noviembre 2014 y a pesar de haber solicitado la intervención urgente por parte de la Policía Nacional, l amentablemente no hubo una reacción institucional adecuada al riesgo que asumió la comunidad, posibilitando nuevamente el asentamiento de otro grupo neoparamilitar, mal llamadas BACRIM, en la calle Piedras Cantan.
Según una fuente policial, en el lugar agentes estatales habrían incautado armas de fuego luego de la solicitud de intervención del Estado. Sobre este supuesto hallazgo no hay reportes oficiales ni en medios de información, lo que resulta bastante extraño, tan extraño como el hecho que a pesar de la presión de la comunidad horas después y ante la ausencia de una permanente presencia policial en los lugares de acceso a la calle, los paramilitares en este sector se asentaron nuevamente.
4.2 Cuenca del Río San Juan
La presencia paramilitar en este sector, ha estado en disputa por las Águilas Negras y los Rastrojos. Este sector es de gran importancia para ellos pues es uno de los corredores principales del narcotráfico. Han ocasionado desplazamientos de los pobladores en diversas ocasiones. En el año 2010 asesinaron a dos afrodescendientes, uno de ellos, Edwin, fue asesinado por los paramilitares en presencia de la Infantería de Marina, según un testigo de la región. En el año 2014 fueron desplazadas comunidades indígenas de esta cuenca, porque se encuentran en situación de confinamiento por parte de las estructuras neoparamilitares. Estas estructuras hacen presencia en Isla de Mono, Cabeceras y García Gómez.
4.3 Trujillo
Hoy 25 años después de la masacre de Trujillo, esta localidad sigue en manos del paramilitarismo. El terror se impone para favorecer verdades a medias como las que registra el informe de memoria histórica de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación, CNRR, y la respuesta de solución amistosa que recibimos las víctimas el pasado 14 de abril. Mientras, el Estado colombiano y el Gobierno Nacional legitiman con la Unidad de Víctimas y su política asistencialista el despojo de tierras que hoy favorece a la multinacional papelera Smurfit Kappa Cartón de Colombia. Al mismo tiempo se concretan nuevos despojos en el marco de la política de restitución, legitimando así una propuesta de “paz” edificada sobre dos décadas de control paramilitar.
Hoy es un secreto a voces que tanto en el casco urbano, como en la zona rural de Trujillo, la estructura paramilitar de Los Rastrojos controla el poder político incidiendo en la elección de alcaldes y concejales, controla el poder económico derivado del procesamiento y negocio de la droga, vinculando niños desde los 10 años, en el consumo y en el micro tráfico de estupefacientes, especialmente en el área urbana, así como en labores de red de informantes o de reclutamiento como campaneros. Controla el poder económico derivado de la extorsión y cobro de impuestos a campesinos y ganaderos de la región; controla el poder social, interviniendo en la vida familiar y comunitaria, especialmente de las áreas rurales.
Hoy es un secreto a voces que la desmovilización de paramilitares en Trujillo, como la del Bloque Calima en 2005 y la de algunos miembros de Los Rastrojos en abril de 2013, ha sido una farsa y que incluso casos como el de alias “Chorizo”, capturado desde mayo de 2014, muestran que desde la cárcel se sigue con el mismo poder paramilitar sobre Trujillo. En el momento hay temor por personas foráneas que están apareciendo en fiestas y reuniones comunitarias intimidando con sus armas, aunque no se sabe bajo el nombre de qué estructura paramilitar van a quedarse.
En estas condiciones la paz que el Estado colombiano impone en Trujillo se legitima con el silencio que imponen los paramilitares, con la Unidad de Víctimas pagando indemnizaciones individuales y reparaciones colectivas a cambio de impunidad, con despojo de nuevas tierras a cambio de viviendas en Cali, con favorecimiento a la inversión empresarial de la multinacional papelera y de intereses privados en el negocio del agua.
A pesar de 25 años de control paramilitar y de la impunidad que se impone judicial y socialmente, las víctimas de las y los desaparecidos de la masacre continuada de Trujillo siguen construyendo paz con justicia social y ambiental, desde la memoria, la dignificación de la vida como campesinos y campesinas y desde la exigencia para que en Trujillo se garantice el derecho a la no repetición, con el desmonte efectivo y real de las estructuras paramilitares. Sólo así habrá condiciones reales para la paz.
5.-CAUCA5.1 Mercaderes
Algunos de los paramilitares que controlaron la zona de Mercaderes se hacían llamar con alias Robinson, Moneda, Enano, William . Actualmente no son tan visibles, pero conservan el control de algunas zonas en Mercaderes, sitios como Arboleda, El Pilón, El Bado, Cajamarca, la carretera Panamericana entre el Estrecho hasta el Bordo Cauca.
Cajamarca vereda de Mercaderes y el Pilón son las zonas de control más fuerte del paramilitarismo en la actualidad, y son lugares donde actualmente están desarrollándose procesos de Minería y sísmica.
En Julio del presente año 2015 se encontró el cadáver degollado de un anciano agricultor en su finca en Mercaderes, crimen atribuido a paramilitares. El 29 de Julio también fueron asesinados dos adultos pesadores de ganado en las afueras de Mercaderes Cauca. Últimamente llegan a la morgue de Mercaderes muchos cuerpos con señales de tortura.
6.-COSTA ATLÁNTICAEntre el 2008 y 2011 los grupos narcoparamilitares derivados de las estructuras desmovilizadas hicieron presencia constante en los 7 departamentos que integran la región Caribe, específicamente en 88 municipios. A la fecha ya existe un proceso de reingeniería consolidado que se percibe por la capacidad operativa de distribución de cada una de sus estructuras a lo largo y ancho de la región.
Existen unas estructuras paramilitares claramente definidas y posicionadas.
Rastrojos:
  • Atlántico
Se ubican en 11 municipios, lo que corresponde al 47% del total de los municipios del departamento.
  • Bolívar
Se ubican en 17 municipios, lo que corresponde al 34% del total de los municipios del departamento.
  • Cesar
Se ubican en 18 municipios, lo que corresponde al 72% del total de los municipios del departamento.
  • Córdoba
Se ubican en 17 municipios, lo que corresponde al 56% del total de los municipios del departamento.
  • Guajira
Se ubican en 7 municipios, lo que corresponde al 46% del total de los municipios del departamento.
  • Magdalena
Se ubican en 10 municipios, lo que corresponde al 33% del total de los municipios del departamento.
  • San Andrés
Se ubican en 1 municipio, lo que corresponde al 100% del total de los municipios del departamento.
  • Sucre
Se ubican en 9 municipios, lo que corresponde al 34% del total de los municipios del departamento.
Urabeños:
  • Atlántico
Se ubican en 3 municipios, lo que corresponde al 13% del total de los municipios del departamento.

  • Bolívar
Se ubican en 30 municipios, lo que corresponde al 61% del total de los municipios del departamento.
  • Cesar
Se ubican en 19 municipios, lo que corresponde al 76% del total de los municipios del departamento.
  • Córdoba
Se ubican en 22 municipios, lo que corresponde al 73% del total de los municipios del departamento.
  • Guajira
Se ubican en 9 municipios, lo que corresponde al 60% del total de los municipios del departamento.
  • Magdalena
Se ubican en 12 municipios, lo que corresponde al 40% del total de los municipios del departamento.
  • San Andrés
Se ubican en 1 municipio, lo que corresponde al 100% del total de los municipios del departamento.
  • Sucre
Se ubican en 17 municipios, lo que corresponde al 65% del total de los municipios del departamento.
Águilas Negras:
  • Atlántico
Se ubican en 1 municipio, lo que corresponde al 4% del total de los municipios del departamento.
  • Bolívar
Se ubican en 13 municipios, lo que corresponde al 26% del total de los municipios del departamento.
  • Cesar
Se ubican en 1 municipios, lo que corresponde al 4% del total de los municipios del departamento.

  • Córdoba
Se ubican en 18 municipios, lo que corresponde al 60% del total de los municipios del departamento.
  • Magdalena
Se ubican en 5 municipios, lo que corresponde al 16% del total de los municipios del departamento.
  • Sucre
Se ubican en 6 municipios, lo que corresponde al 23% del total de los municipios del departamento.
Paisas:
  • Atlántico
Se ubican en 11 municipios, lo que corresponde al 47% del total de los municipios del departamento.
  • Bolívar
Se ubican en 18 municipios, lo que corresponde al 36% del total de los municipios del departamento.
  • Cesar
Se ubican en 8 municipios, lo que corresponde al 32% del total de los municipios del departamento.
  • Córdoba
Se ubican en 19 municipios, lo que corresponde al 63% del total de los municipios del departamento.
  • Guajira
Se ubican en 6 municipios, lo que corresponde al 40% del total de los municipios del departamento.
  • Magdalena
Se ubican en 11 municipios, lo que corresponde al 36% del total de los municipios del departamento.
  • San Andrés
Se ubican en 1 municipio, lo que corresponde al 100% del total de los municipios del departamento.

  • Sucre
Se ubican en 7 municipios, lo que corresponde al 26% del total de los municipios del departamento.

Ejército Revolucionario Popular Anticomunista de Colombia (ERPAC):
  • Atlántico
Se ubican en 1 municipios, lo que corresponde al 4% del total de los municipios del departamento.
  • Bolívar
Se ubican en 1 municipios, lo que corresponde al 2% del total de los municipios del departamento.
  • Cesar
Se ubican en 1 municipios, lo que corresponde al 4% del total de los municipios del departamento.
Existen 3 estructuras de rearme paramilitar ubicadas en los departamentos de Atlántico, Bolívar, Guajira y Magdalena; estas son:

  • La Oficina de Envigado, con presencia en Bolívar y Magdalena. 
  • Alta Guajira, ubicada en cuatro municipios de la Guajira y uno de Magdalena. 
  • Autodefensas del Sur del Atlántico, como su nombre lo indica están posicionadas en el sur del departamento. 
CESAR
El día 30 de junio de 2015, aproximadamente 180 familias decidieron retornar a los predios baldíos de los cuales fueron despojados en 1996 por parte de grupos paramilitares al mando de “Juancho Prada”, en el corregimiento de Simaña municipio de La Gloria departamento del Cesar. La negligencia del INCODER en un proceso agrario que lleva más de 25 años y la última resolución expedida por esa entidad, la vulnerabilidad y extrema pobreza, el desconocimiento sistemático a sus derechos y la denegación de justicia, fueron las principales motivaciones para decidir retornar.

El día 01 de julio del 2015, aproximadamente a las 7:30 a.m., incursionó un grupo de policías y ESMAD, bajo el mando del Teniente Coronel Mauricio Bonilla comandante del Distrito de Policía del Sur del Cesar al predio Venecia en donde se encontraban las 180 familias víctimas de desplazamiento forzado, que habían decidido regresar el 30 de junio de 2015, a las tierras que les fueron despojadas hace 19 años.

Junto a la policía y el ESMAD, llegaron varios hombres encapuchados y armados. Uno de ellos fue visto y reconocido por la comunidad como alias “Panelo”, un paramilitar que participó en 1996 de los hechos criminales sucedidos en contra de la comunidad que obligó su desplazamiento. El paramilitar no fue desmovilizado y continua operando en la región a pesar de que ello se ha venido denunciando públicamente.

A manera de conclusión podemos afirmar entonces que entre el 2008 y el 2011, estas estructuras se recomponen a partir de la definición de nuevas alianzas con el narcotráfico, grupos sicariales, delincuentes comunes y fundamentalmente con los reductos no desmovilizados y desmovilizados, especialmente del Bloque Norte de las AUC; otro elemento importante es la clandestinidad de las líneas de mando, entre estos alias “Alejandro o 101”, “Tolemaida”, “Codazzi”, “Omega”, “Jimmy”, y “Rambo”.

El propósito es el control social territorial para los negocios de actores privados.

Julio 2015.
1 Policía confirma presencia de nuevo grupo armado ilegal en el Putumayo | MIPUTUMAYO.com.co
http://miputumayo.com.co/2014/10/23/policia-confirma-presencia-de-nuevo-grupo-armado-ilegal-en-el-putumayo/

2http://justiciaypazcolombia.com/Nueva-oleada-de-operaciones-de

Tomado: FARC-EP

lunes, 6 de julio de 2015

Estados Unidos ha conseguido la guerra total


TomDispatch

“Hola, soy el Tío Sam y soy un adicto a la guerra” Introducción de Tom Engelhardt

Era el verano de 2002. Los funcionarios más encumbrados de la administración Bush sabían que lo de Iraq era algo realmente grande. De momento, estaban en los planes pero esperaban la llegada del otoño para lanzar la campaña a todo gas para convencer al Congreso y el pueblo de Estados Unidos de que debían respaldarlos. Como dijo en ese momento el jefe del equipo de la Casa Blanca, Andrew Card, que supervisaba la venta de la invasión, “Desde el punto de vista del marketing, nunca lanzas un nuevo producto en agosto”.

Para ellos, no había que pensarlo tanto. ¿El poder militar estadounidense contra el destartalado ejército de Saddam? Aquello sería, como lo describió un fanático neocon, un “paseo”. De hecho, ya estaban pensando hacia dónde se volverían después. Como bromeaban los que estaban ala tanto de la cuestión, “Todos quieren ir a Bagdad; los hombres de verdad quieren ir a Teherán”. Sin embargo había una figura clave que tenía sus dudas. Según Bob Woodward, del Washington Post, el secretario de Estado Colin Powell le hizo esta advertencia al presidente: “Usted será el orgulloso dueño de 25 millones de personas. Será el dueño de todas sus esperanzas, aspiraciones y problemas. Será el dueño de todo”. Woodward señaló también que “en privado, Powell y Richard Armitage, secretario de estado adjunto, llamaban a esto la ‘Regla de la cacharrería’: ‘Lo que rompas es tuyo’”.

De hecho, la cacharrería no tenía reglas, pero cualquiera que fuera la regla pensada por Powell resultó ser el comienzo de algo que él no podía haber imaginado. Una vez que las cosas empezaron a ir desesperadamente mal, por supuesto, no había manera de volver atrás con la invasión y se comprobaría que el “título de propiedad” de Iraq era hereditario. El presidente que accedió al poder a continuación, en parte por haberse opuesto a la guerra y jurado que cuando llegara al Despacho Oval sacaría a los militares de Iraq para siempre, es ahora el dueño de la tercera guerra de Iraq, algo de lo que no se siente precisamente orgulloso. Y si ha habido una nación rota, esa nación es Iraq.

Al final, la regla de Powell se ha convertido en algo aplicable a cada país tocado por el poder militar de Estados Unidos en los últimos años, entre ellos, Afganistán, Yemen y Libia. En cada una de estas instancias, las esperanzas de Washington planearon muy alto. En cada una de estas instancias, el país quedó roto. En cada una de estas instancias, Estados Unidos acabó “adueñándose” de él de una manera cada vez más horrorosa. Lo peor de todo es que en ninguna de estas instancias, Washington pudo arreglárselas para terminar la lucha de algún modo, ya fuera utilizando unidades de Fuerzas Especiales, drones o –en el caso de Iraq– todos esos recursos a la vez y miles de instructores despachados para poner en pie a un ejercito quebrado, la criatura de la administración Bush en la cual se invirtieron 25.000 millones de dólares. El fracaso en todo el tablero sería la historia del siglo XXI de Washington en el Gran Oriente Medio y el norte de África; aun así, la única lección que aparentemente se ha aprendido es que –militarmente– ha de hacerse más, nunca menos.

William Astore, teniente coronel (retirado) de la fuerza aérea de Estados Unidos y colaborador habitual de TomDispatch, sugiere que –tanto como país como individualmente– deberíamos reconocer inmediatamente que este tipo de conducta es una adicción y actuar consecuentemente. 
* * *

De cómo hacer la guerra por cualquier cosa: pobreza, drogas, Afganistán, terror... Guerra contra las drogas. Guerra contra la pobreza. Guerra en Afganistán. Guerra en Iraq. Guerra contra el terror. El mayor error político de Estados Unidos –tanto en el extranjero como dentro del país– es mirar cualquier cosa como un objetivo de guerra. Cuando se impone la mentalidad guerrera, esta elige las armas y las tácticas que se utilizarán. Limita los términos del debate antes incluso de empezar. Da respuesta a preguntas que todavía no habían sido formuladas.

Cuando algo se define como una guerra, queda establecido el empleo de la fuerza militar (o de las policías, prisiones y otras formas de coerción, todas ellas militarizadas) como principal instrumento de la política. La violencia se convierte en el medio decisivo y la victoria total, en el objetivo. Cualquiera que sugiera otra cosa es un soñador, un apaciguador o incluso un traidor.

En resumen, la guerra es el gran simplificador, e incluso puede funcionar cuando se combate contra auténticas amenazas militares (como sucedió con la Segunda Guerra Mundial). Pero no funciona cuando cada problema se define como un problema de vida o muerte y se emprende una guerra contra un complejo problema social (la delincuencia, la pobreza, las drogas) o contra una ideología o una creencia religiosa (el islam radical).

El omnipresente espíritu guerrero de Estados Unidos

Pensad en la guerra de Afganistán. No en la de los ochenta, cuando Washington canalizó dinero y armas al fundamentalismo yihadista para –con la intención de rendir a la Unión Soviética­– crearle un atolladero similar al de Vietnam, sino en la fase más reciente que empezó inmediatamente después del 11-S. Recordad que el desencadenante de esa guerra fueron los ataques de 19 secuestradores (15 de ellos de nacionalidad árabe saudí), que representaban una organización relativamente modesta sin parecido alguno con un país, una Estado o un gobierno. Por supuesto, también estaba el movimiento fundamentalista Talibán que por entonces controlaba buena parte de Afganistán. Este movimiento había surgido de los escombros de nuestra anterior guerra en ese sitio, un movimiento que había proporcionado apoyo y refugio, algo a regañadientes, a Osama bin Laden.

Con las imágenes del desmoronamiento de aquellas torres neoyorkinas ardiendo en la conciencia colectiva de los estadounidenses, la idea de que Estados Unidos podía responder con una acción internacional de “mantenimiento del orden” destinada a quitar a unos criminales de las calles del planeta fue desterrada instantáneamente de la discusión. Lo que surgió en cambio en la mente de los más altos funcionarios de la administración Bush fue la decisión de vengarse mediante una “guerra contra el terror” a gran escala, global y generacional. Su objetivo, totalmente militarizado, no fue solo eliminar al Qaeda sino toda organización terrorista en cualquier lugar de la Tierra, mientras estados Unidos se embarcaba en un experimento total de construcción violenta de una nación en Afganistán. Después de más de 13 funestos años, aquel experimento-guerra sigue en curso a un costo asombroso y con el más decepcionante de los resultados.

Mientras la noción de una guerra global adquiría atractivo, la administración Bush lanzó su invasión de Iraq. La fuerza militar más avanzada tecnológicamente de la Tierra, aquella de la que el presidente habló como “la mayor fuerza para la liberación humana que el mundo ha conocido”, fue dejada suelta para que instaurara la “democracia” y la Pax Americana en Oriente Medio. Por supuesto, Washington estaba en conflicto con Iraq desde la operación Tormenta del Desierto, en 1990-1991, pero lo que empezó como algo parecido a un golpe de estado (apodada operación “decapitación”) por parte de un poder extranjero, es decir, un intento de derrocar a Saddam Hussein y eliminar tanto a su ejército como a su partido político, pronto tomó otro cariz y pasó a ser una larguísima ocupación y otro experimento político y social de construcción violenta de una nación. Tal como sucedió en Afganistán, el experimento bélico iraquí aún continúa coleando y ocasionando enormes gastos, cuyos resultados son aún más desastrosos.

De estas guerras conducidas por Estados Unidos, el islam radical ha extraído fortaleza. Ciertamente, los radicales islamistas hablan de la presencia invasiva y aparentemente permanente de las tropas estadounidenses y bases militares en Oriente Medio y Asia Central como la confirmación de su convencimiento de que esas fuerzas están a la cabeza de una cruzada contra ellos y, por extensión, contra el propio islam (es revelador que el presidente Bush se fuera una vez de lengua llamara “cruzada” a su guerra contra el terror). Considerada en estos términos, semejante guerra es por definición un esfuerzo perdido ya que cada “éxito” sirve solo para reforzar la narrativa de los enemigos de Washington. Sencillamente, no hay manera de ganar una guerra así como no sea parándola. De cualquier modo, ese curso de acción nunca está en el “menú” de opciones en el que supuestamente los funcionarios de Washington eligen sus estrategias. Porque hacer esto, en el contexto del pensamiento guerrero, significaría admitir la derrota (a pesar incluso de que la auténtica derrota está ahí desde el mismísimo instante en que el problema fue definido como una guerra).

Al menos en parte, nuestros gobernantes persisten en semejante locura de violencia porque por encima de cualquier cosa temen admitir una derrota. Después de todo, en el mundo de la política o la cultura de Estados Unidos no hay nada más peyorativo que cargar con el sambenito de perdedor de una guerra, el de alguien que “se largó”.

En los sesenta, a pesar de sus serias dudas sobre el curso del conflicto en Vietnam, el presidente Lindon B. Johnson estableció una regla de oro con su determinación de que no sería el primer presidente de Estados Unidos que perdiera una guerra, sobre todo en un “pequeño país de mierda” como Vietnam. Fue así que se mantuvo firme; de cualquier manera, el conflicto acabó haciendo de él un perdedor y destruyendo su presidencia.

Como lo hizo notar el historiador George Herring, aunque L.B. Johnson combatió su guerra, no quería ser recordado como un “presidente guerrero”. Dos generaciones más tarde, otro tejano, George W. Bush, aceptó el mote de “presidente guerrero” con genuino entusiasmo. Cuando las cosas empezaron a estropearse, también él juró que ganaría su guerra. Frente a una creciente insurgencia en Iraq en el verano de 2003, Bush no eludió el compromiso: “Háganlos salir de la madriguera”, dijo en el mejor estilo Clint Eastwood/Harry el Sucio. Hoy día, Washington está enviando otra vez tropas a Iraq por tercera vez para contener a una insurgencia cada día más intratable, la versión radical del islam llamada Estado Islámico, un movimiento originado y en parte criado en Camp Bucca, una prisión militar estadounidense en Iraq.

Y solo para mantener las cosas en su lugar, el presidente Obama también aceptó la preeminencia de la guerra en la política estadounidense cuando pronunció su discurso de aceptación del premio Nobel de la Paz 2009 en Oslo. Allí, hizo una conmovedora defensa del papel de Estados Unidos, “la única superpotencia militar del mundo”:

“Con todos los errores que hayamos cometido, el hecho es este: Estados Unidos de América ha ayudado a garantizar la seguridad durante más de 60 años con la sangre de nuestros ciudadanos y la fuerza de nuestras armas. El servicio y el sacrificio de nuestros hombres y mujeres en uniforme han promovido la paz y la prosperidad desde Alemania a Corea y permitido que la democracia se haga fuerte en lugares como los Balcanes. Nos hemos hecho cargo de esta tarea no porque busquemos imponer nuestra voluntad. Lo hemos hecho –aparte de nuestro interés por el progreso– porque buscamos un futuro mejor para nuestros hijos y nietos y porque creemos que su vida será mejor si los hijos y los nietos de los demás pueden vivir en libertad y prosperidad.”

Fue un momento en el que la presidencia Obama se declaró en sintonía con el ya omnipresente espíritu guerrero de Estados Unidos. Fue la auténtica negación de las nociones de “esperanza” y “cambio” y el inicio de la transformación de Obama, vía su programa de asesinatos con drones elaborado por la CIA, en el asesino en jefe.

Todo es una yihad

Los líderes estadounidenses de los últimos tiempos tienen algo en común con sus equivalentes en el extremismo islámico: implícita o explícitamente, todos ellos definen cualquier cosa como una yihad, una cruzada, una guerra sagrada. Pero los violentos métodos utilizados por las varias yihads –sean islámicas o seculares– en la consecución de sus objetivos solo sirven para eternizar y a menudo agravar el conflicto.

Pensad en las numerosas así llamadas guerras estadounidenses y evaluad si acaso ha habido algún progreso mensurable en alguna de ellas. En 1964, Lindon Johnson declaró la “guerra contra la pobreza”. Más de medio siglo después, todavía existe un número alarmante de personas desesperadamente pobres y, en lo que va del siglo XXI, la brecha entre los más pobres y los más ricos se ha ensanchado hasta convertirse en un abismo (de hecho, desde los días del presidente Ronald Reagan se podría hablar de una guerra contra los pobres y no contra la pobreza). ¿Y contra las drogas? Cuarenta y cuatro años después de que el presidente Richar Nixon anunciara la guerra contra las drogas aún hay millones de personas en la cárcel, se han gastado miles de millones de dólares y las drogas abundan en las calles de las ciudades estadounidenses. ¿Y la guerra contra el terror? Ya van 13 años –y seguimos contando– desde que se lanzara aquella “guerra”; los grupos terroristas, menores por sus efectivos y alcances en 2001, han proliferado salvajemente y ahora existe una cosa llamada “califato” –lo que una vez fuera una fantasía de Osama bin Laden– en Oriente Medio: el Estado Islámico, que se ha hecho con partes de Iraq y Siria; al Qaeda crece en Yemen; Libia es el reino del caos y se la reparten cada vez más organizaciones extremistas; y hoy muchos inocentes continúan muriendo víctimas de los ataques con drones de Estados Unidos. ¿Y sobre Afganistán? El negocio del opio se ha recuperado a lo grande, el Talibán está resurgiendo y la región es cada día menos estable. ¿Y en cuanto a Iraq? Es un caldero donde hierven las rivalidades y los odios étnicos y religiosos, con más armamento estadounidense en viaje para alimentar la matanza en un país que, desde el punto de vista funcional, ha dejado de existir. La única certeza en buena parte de esas “guerras” estadounidenses es su violenta continuación, aun cuando de cada una de las misiones originales solo quedan jirones.

La esencia misma de los métodos empleados por Estados Unidos y la mentalidad de los políticos que los adoptan garantizan su perpetuación. ¿Por qué? Porque mediante una guerra es imposible acabar con la adicción a las drogas y con la violencia ligada a ella. Lo mismo pasa con la pobreza. Lo mismo pasa con el terrorismo. Tampoco el islam radical puede ser derrotado con la construcción militar de una nación. Ciertamente, el islam radical encuentra su mejor caldo de cultivo en las condiciones bélicas creadas por Washington. El combate en la forma ya tan conocida no es más que el viento que aviva y propaga las llamas del incendio.

Lo que importa es la mentalidad. En lugares como Iraq y Afganistán, lugares que para la mayor parte de los estadounidenses existen dentro de un contexto de “guerra”, Estados Unidos invade o ataca, queda empantanado, derrama recursos indiscriminadamente y “crea un desierto al que llama paz” (según palabras del historiados romano Tácito). Después de lo cual, nuestros líderes se muestran sorprendidísimos al ver que el problema no hace más que crecer.

Desgraciadamente, con todo lo monótona que es, la canción sigue siendo la misma en Estados Unidos: más guerras que son conducidas cada vez de peor manera debido a la impaciencia por ver resultados en coincidencia con cada nuevo ciclo electoral. Se trata de una fórmula en la que el país está condenado a perder siempre.

Los curiosos rasgos de las nuevas guerras estadounidenses Históricamente, cuando un país declara una guerra lo hace para movilizar la voluntad nacional de lucha, como claramente lo hizo Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, en ocasión de las guerras de las últimas décadas, en lugar de la intención de movilizar a la población, ha habido el propósito de desmovilizarla; incluso aunque los “expertos” son alentados a luchar y el dinero de los contribuyentes empieza a volcarse en el estado de la seguridad nacional y el complejo militar-industrial para que los conflictos puedan continuar funcionando.

Las guerras recientes, sea la relacionada con las drogas o la de Oriente Medio, nunca aparecen como un desafío que pueda ser respondido y resuelto por todos sino como algo que debe ser asumido por aquellos que supuestamente poseen la competencia y las credenciales –y las armas– para entender la situación y luchar. George W. Bush sintetizó memorablemente esta mentalidad cuando después del 11-S recomendó a los estadounidenses que salieran a hacer compras o visitaran Disneylandia y dejaran el combate a los profesionales. En resumen, la guerra se ha convertido en otra forma más de control social. Debes tener un arma o algún tipo de placa y poder hablar con energía y hacer que te escuchen; si no es así, no tienes nada que decir.

Además, lo que hace que nuestras guerras estadounidenses sean únicas para el momento que vivimos es que nunca tienen un final discernible. Porque, ¿qué es la “victoria” en la guerra contra las drogas o en la guerra contra el terror? Por definición, una vez empezadas, esas guerras son muy difíciles de detener.

Los cínicos pueden alegar que en esto no hay nada nuevo. ¿Acaso Estados Unidos no ha estado siempre en guerra? ¿No hemos sido siempre un pueblo violento? Hay verdad en esto. Pero al menos las generaciones estadounidenses de los tiempos de mi abuelo y mi padre no se definieron como guerreros.

Lo que Estados Unidos necesita ahora mismo es un programa de 12 pasos para romper el impulso de alimentar todavía más nuestra adicción nacional a la guerra. Obviamente, el punto de inicio para Washington –y más en general para todos los estadounidenses– es aceptar la necesidad de dar ese primer paso y confesar que tenemos un problema que no podemos resolver nosotros solos. “Hola, soy el Tío Sam y soy un adicto a la guerra. Sí, mi adicción es a la guerra. Sé que esto es destructivo para mí y para los demás. Pero no puedo parar; no puedo sin ayuda.”

Es frecuente que el verdadero cambio empiece con una confesión. Una confesión hecha con humildad. Admitiendo que uno no puede controlar todo, no importa lo violenta que pueda ser la rabia que uno tenga; desde luego, esa rabia no hace más que agravar el problema. Estados Unidos necesita hacerse una confesión como esta. Solo a partir de ella podremos empezar a desengancharnos de la guerra.

William J. Astore es teniente coronel retirado de la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF, por sus siglas en inglés); es colaborador regular de TomDispatch. Administra el blog The Contrary Perspective.