jueves, 25 de mayo de 2017

Las ex FARC, verdad aparente y verdades ocultas de una traición



Libardo Sánchez Gómez*

Recientemente nueve frentes de guerra de las FARC-EP dieron a conocer un comunicado donde reafirman su voluntad de continuar la lucha armada,” hasta vencer o morir” o sea hasta que se remuevan las causas objetivas que les obligaron a empuñar las armas; y, al mismo tiempo, acusaron a la cúpula negociadora de La Habana de traidores, por haber  izado la bandera de la rendición sin contraprestación  real alguna. 

Los guerreros  de las FARC en pie de lucha creen que la negociación guerrilla – Gobierno fue conducida de manera totalmente equivocada, y que no se tuvieron en cuenta principios fundamentales de la esencia fariana, por ejemplo, en el afán de la comandancia de firmar los acuerdos,   olvidaron una  recomendación  básica de su fundador Manuel Marulanda quien advertía:   Nosotros haremos un acuerdo en cualquier momento, pero nuestras armas tienen que ser la garantía de que aquí se va a cumplir lo acordado. En el momento en que desaparezcan las armas el acuerdo se puede derrumbar. Eses es un tema estratégico que no vamos a discutir”. Y es un hecho que nada de lo acordado se cumple, ni siquiera la mínima adecuación de los Centros de concentración. Los diversos poderes tanto el ejecutivo, el  legislativo como el judicial le dan una patada cuando les da la gana a dichos acuerdos, recientemente la Corte Constitucional dijo que lo acordado puede ser revisado, es decir modificado, por el Parlamento.    ¿Las Ex FARC,  aún,  están a tiempo de acatar la recomendación de su fundador?  Parece que  ya es muy tarde para dar vuelta atrás, en la práctica el hecho de haberse concentrado en las llamadas “Zonas Veredales de Transición” es igual a estar desarmados,  pues están rodeados por  lobos listos a devorarles apenas asomen la cabeza.  ¿Qué llevó a la cúpula a pactar la entrega de la Organización a cambio de nada y, peor aún,  sin que ninguna de las causas que les llevaron a alzarse en armas hubiesen sido removidas?  ¿Cómo finalizar las conversaciones sin discutir los aspectos fundamentales que, por lo menos,    tocan la seguridad de sus tropas, como la orientación ideológica de las fuerzas militares y, en general, del régimen, fincadas en la concepción de la “teoría de la seguridad nacional” en la que cualquier opositor que amenace los privilegios de las castas oligárquicas es considerado “el enemigo interno”.  ¿Tal vez fatiga del metal del que fueron hechos sus fundadores, o será que los nuevos jefes, en especial el máximo líder Timochenco, están forjados en hojalata? ¿Demasiada ingenuidad de la cúpula creer que la oligarquía va a dar cumplimiento  a lo acordado?  ¿Si no lograron mínimas transformaciones sociales bajo la presión de las armas esperan hacerlo gritando en las calles vacías?  El eco de voces suspicaces repica que los sedujo “el dorado” prometido por la oligarquía, no le es difícil al puñado de la cúpula imaginar los millones  de pesos y la vida de confort que les espera, pero tampoco es difícil conjeturar   lo que le espera al grueso de la base. Tradicionalmente a los jefes de quienes traicionan la causa la oligarquía les ha premiado con millonarios contratos, incluso con  alta burocracia. Y tradicionalmente a las bases les ha tocado hundirse en el rebusque y la mala vida, propios de un modelo excluyente y corrupto en el que los menos favorecidos no tienen posibilidad alguna de  medrar. Entonces, deben existir razones poderosas para abandonar, sin haber sido derrotados militarmente,   una lucha victoriosa de más de cinco décadas. Una verdad aparente dice que fue por la imposibilidad de derrotar militarmente a la oligarquía, pero esta es una razón por decir lo menos nihilista, pues mientras no haya  derrota militar siempre existe la ilusión de derrotar al enemigo, si no fuese así nunca nadie hubiese empuñado las armas; desde el principio se sabía que el enemigo es  poderoso. Lo cierto es que existen   verdades profundas, que esconden la verdad    verdadera, una  de ellas podría ser la debilidad ideológica y conceptual, de la cúpula actual. Claro que las  FARC no nacieron con una concepción socialista, todo lo contrario, se crearon para defender la propiedad rural de quienes se alzaron en armas. El ideal socialista aparece posteriormente  en un interesante y obligado proceso dialéctico;   la defensa de la propiedad, leiv motiv de la lucha armada, pronto   hizo que la misma propiedad rural fuese   un estorbo e incluso un punto   letal  para su supervivencia, allí   era el primer lugar donde el enemigo les buscaba. Así que, contradictoriamente,  la tierra de nadie,  por tanto de todos,  se convirtió en   fuente de protección y de  abastecimiento de alimentos y otros recursos.  Pareciera que el concepto de cooperación y noción de lo comunal surgió por generación espontánea.   Esta necesidad de camaradería y acción comunitaria fue lo más cercano que las FARC estuvieron del concepto del modo de producción comunista.    Así que es oportuno, aunque simplista, pensar  que la desideologización de la comandancia del grupo insurgente es una razón profunda, aunque, no necesariamente, la verdad verdadera, que lleva al grueso de las FARC a abandonar la lucha armada.   ¿Tal vez una mezcla de lo anterior, cansancio  y frustración, nos acercan a la verdad verdadera? Pero otra verdad profunda indica que detrás de la “traición a la causa” pesaron y, aún, pesan además  de los intereses personales los foráneos. Por un lado los vecinos, en especial Venezuela, siempre han estado incómodos con la presencia de la insurgencia armada en las zonas de frontera, ya que  es una excusa para que el imperio   afine sus planes de intervención, pero su colaboración en la entrega de la guerrilla fue un asunto que no dio resultado alguno ya que día a día el imperio incrementa su agresión. En esto el propio comandante Chávez se hizo el harakiri, pues   muy a pesar la desaparición de las FARC es requisito sine qua non  para la invasión a Venezuela.   Recientemente el jefe del Comando Sur dijo que “habían permitido las negociaciones con las FARC porque para poder invadir a Venezuela era necesario atarle    las manos a las FARC”. Aunque  parezca increíble los gringos le temen a las guerrillas colombianas, y tendrán que seguirles temiendo porque, aún, queda activo un reducto guerrillero  importante incluido el ELN, el cual, por cierto,   parece que camina por el mismo camino equivocado.   En el mismo sentido, la  misma Cuba fincaba sus esperanzas en que si ayudaba a convencer a la  cúpula fariana de abandonar las armas el imperio le aliviaría el fatídico embargo comercial, pero ni así éste se ha ablandado. Y los  noruegos, facilitadores,  vieron una oportunidad de  oro para lograr en la colonia gringa una tajada del pastel petrolero.  Parece que a los noruegos sí les funcionó el plan, pues ya se les concesionaron extensos territorios colombianos para adelantar exploración de hidrocarburos. 

¿Habrá, aún, más razones recónditas en la decisión de  entrega de la cúpula guerrillera? Parece  imposible e incluso suicida que se siga adelante con el proceso de abandono de la causa,  sabiendo y viendo que a sus soldados les espera una muerte segura. Guerrillero que asoma la cabeza fuera de los “campos de concentración” es y será automáticamente eliminado, dos ex guerrilleros asomaron la cabeza y los dos fueron asesinados, a uno de ellos  junto con sus familiares. Todo mundo sabe que es una consigna sistemática eliminar a todos y cada uno de los excombatientes y sus familiares. ¿Entonces qué fuerza poderosa  obliga a continuar con un proceso de negociación cuando   el “baile rojo” de la muerte, ya ensayado con los integrantes de la Unión Patriótica, es una certeza? ¿Y en qué clase de zombis se han convertido los integrantes de la base insurgente, que acatan ciegamente las ordenes de una cúpula  sin ideología, sin conciencia  de clase y sin escrúpulos? ¿Cómo entender que no se haya hecho un alto en el camino en las negociaciones ante la muerte casi diaria de líderes sociales? ¿Tampoco les importan los millones de desplazados sobre todo del campo? Al  respecto  una Entidad noruega afirma que van 7,2 millones de personas desplazadas. En cualquier parte del mundo esto no hubiese ocurrido. Se es tan ingenuo para creerle al ministro de Defensa que no existe sistematicidad en el asesinato de opositores de izquierda, que simplemente   se trata de casos aislados;  y que, en todo caso, no son cometidos por paramilitares, ya que estos se entregaron, sino  por  bandas criminales llamadas Bacrin. ¿Acaso si se come como pato, se grazna como pato y las patas son como las del pato no es un pato?  

Por ahora la verdad verdadera acerca de la impensable rendición o  “traición a la causa” seguirá oculta tras la  máscara de la lucha política.  De todas maneras queda una lección, que ojalá sea tenida en cuenta tanto por la cúpula como por la base guerrillera, los vecinos y demás entrometidos:    con la claudicación  de las guerrillas  se priva al pueblo de una forma de lucha social transformadora, tal vez, la  más certera,  para, por   lo menos, incomodar a la oligarquía criolla y al capital corporativo transnacional en sus planes de saqueo de bienes y recursos naturales, así como para ralentizar los planes de intromisión del Pentágono en la  tierra propia y en la de los  vecinos.    

*Ex catedrático universitario. DMV.  MSc. Economía.

miércoles, 26 de abril de 2017

 DISIDENTES DE LAS FARC-EP



DISIDENCIA DE LAS FARC-EP

LOS ABAJO FIRMANTES.
 
Compañeros organizadores del 8. Simposio Eyup Bas en Turquia
 
Reciban un cordial saludo, desde las montañas guerrilleras de Colombia.
 
Quienes suscribimos este saludo, somos todos aquello guerrilleros de las bases y mandos medios, traicionados por un Secretariado, que a espaldas de toda la guerrillerada a pactado con nuestro enemigo de clases, con quienes nos hemos enfrentado por espacio de 52 años, bajo la dirección del camarada Manuel Marulanda Vélez y el camarada Alfonzo Cano, uno muerto de causa natural, a los 80 años (67 años de vida guerrillera) sin claudicar un centímetro al enemigo, y el otro cazado en un inmenso operativo de 6 mil soldados, pero no cedió ante sus asesinos y murió de pie, como mueren los auténticos hijos del pueblo..
 
Dicho lo anterior, haremos un pequeño resumen de cómo se teje esta traición, por parte de un Secretariado ajeno y alejado de la base guerrillera.
 
En 1953 el General Gustavo Rojas Pinilla pacta un armisticio con las guerrilleas liberales (génesis de las FARC-EP), donde luego después de las desmovilización de la guerrillerada es asesinado el comandante Guadalupe Salcedo.
 
Estando en vida nuestro comandante Marulanda, se llevaron a cabo las conversaciones de paz de 1982, con el recién electo presidente Belisario Betancur, de estas conversaciones nace el movimiento político Unión Patriótica, quienes en el año siguiente de su fundación, les fueron acribillados entre dirigente y bases 3 mil militantes.
 
El Gobierno Virgilio Barco (1986-1990) quien bajo un programa denominado como “Iniciativa para la Paz” cuyas negociaciones también fracasan.
 
Entre Abril y Junio de 1992 en el Gobierno de Cesar Gaviria se estableció las negociaciones de paz con la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar (conformada por las FARC, ELN y el EPL) en Tlaxcala, México. Tampoco hubo acuerdos.
 
En el gobierno de Andrés Pastrana (1998 y 2002) se llevaron a cabo las conversaciones de San Vicente del Caguan,, también llevadas al fracaso, el motivo siempre ha sido, que el enemigo a puesto como condición la dejación de las armas. Tema al cual Marulanda nuca cedió.
 
Luego la dura confrontación que viene con la muerte del compañero Raúl Reyes (Santa Rosa de Yanamaru, Ecuador, 1 de marzo de 2008), el asesinatos selectivo del Comandante Iván Ríos (Sonsón, Antioquia, 3 de marzo de 2008), la muerte del camarada Marulanda Selvas del Meta, 26 de marzo de 2008), , Muerte del Comandante Mono Jojoy (La Macarena, Meta; 22 de septiembre de 2010), en un despiadado bombardeo a su campamento y por último la caída en combate asediado por 6 mil de los hombres mejor entrenados del Ejercito de Colombia, del camarada Comandante Alfonzo Cano (Suárez, Cauca, 4 de noviembre de 2011.
 
Ha de extrañar que después de todas estas bajas importantes para el movimiento, y nombrado Comandante en Jefe Timoleon Giménez, comienza una meteórica y rápidas conversaciones de Paz, a espalda de la base guerrillera, y de pronto nos vemos sorprendidos con unas conversaciones que, los mandos llegan a informar desde La Habana y no a consultar (como han declarado los miembros designados para las conversaciones), donde se les impuso a todo el colectivo combatiente, condiciones nunca discutidas.

En lo que va de proceso de paz la represión hacia los sectores revolucionarios y progresistas no ha parado. Las cifras hablan por sí solas. De los 117 líderes sociales asesinados en 2016 en Colombia, 57 de ellos, es decir, el 66 por ciento, murieron en el suroeste colombiano (Nariño 9, Cauca 43 y Valle 5). Y según un ranking elaborado por la ONG Somos Defensores, de los cinco departamentos con mayores homicidios de líderes, tres son del suroccidente: Nariño, Cauca y Valle del Cauca. Esa tendencia parece confirmada en el primer trimestre de 2017, pues de los 34 líderes asesinados en el país, 13 lo fueron en el suroeste y siete en Cauca.
 
La mayoría de las víctimas fatales tenían en común ser miembros o líderes de procesos sociales y políticos por medio de las Juntas de Acción Comunal (JAC), la Guardia Campesina y resguardos indígenas. También pertenecían a reconocidas asociaciones de izquierda como Coccam, Fensuagro, Marcha Patriótica, Congreso de los Pueblos, Partido Comunista o la Unión Patriótica.
 
Siempre hemos tenido claro que la guerrilla no es la causa de la guerra, sino la consecuencia de ella.

Ahora, todo combatiente que se niegue a aceptar la “lLa Paz” del enemigo, somos llamados, “traficantes de drogas”, “delincuentes que lo hacen a nombre de la revolución”, hasta llegar a decir que nos hemos aliado con los paramilitares para llevar adelante el negocio de la droga”.
 
Todo lo anterior expresado es el precio, por no aceptar esta paz romana, impuesta por el gobierno y los mandos (valla a saber si han sido comprados).
 
Ahora somos vilipendiados por la prensa, el gobierno y por nuestros propios ex compañeros que se han dado a la tarea de delatarnos y combatirnos.
 
Sepa el mundo que nos mantenemos en la lucha, y que el objetivo para nosotros, es alcanzar el socialismo, por la única alternativa realmente Revolucionaria, las armas en las manos.
 
Son nuestros mejores deseos que lleven a cabo con éxito las jornadas del Simposio Eyup Bas en Turquia.
 
¡Por nuestros muertos, ni un minuto de silencio… Toda una vida de combate…!

¡La Paz se conquista peleando!
 
Frente 1, Frente 5, Frente 3, Frente 10, Frente 32, Frente 34, Frente 43, Frente 57, Frente 58, Milicias Bolivarianas de Bogotá, Milicias Bolivarianas de Medellín, Milicias Bolivarianas de Cali, Milicias Bolivarianas de Barranquilla, Milicias Bolivarianas del Meta, Milicias Bolivarianas del Vichada, Milicias Bolivarianas del Putumayo, Columna Daniel Arana.
 
Selvas y ciudades insurgentes de Colombia.

Somos Farc-Ep,

No somos una franquicia, somos pueblo en armas.
 
 

 
DISSIDENTS OF THE FARC-EP

THE UNDERSIGNED.
 
Comrade organisations of the 8th Eyup Bas Symposium in Turkey
 
Accept our heartfelt salute, from the the guerrilla mountains of Colombia.
 
We who send this greeting are all those guerrillas of the bases and commands btrayed by a Secretariat which has turned its back on the guerrillas and reached agreement with our class enemy, those who we had confronted for 52 years, under the direction of the comrade Manuel Marulanda Vélez and the comrade Alfonzo Cano, the first of whom died of natural causes at the age of 80 (with 67 years in the guerrilla struggle) without giving up a centimetre to the enemy, and the other hunted in an immense operation by 6,000 soldiers, but he did not surrender to his killers and died on his feet like all the authentic sons of the people…
 
As said before we will make a small summary of what brought about this treason on the part of a Secretariat distant and alienated from the guerrilla base.
 
In 1953 the General Gustavo Rojas Pinilla concluded an armistice with the liberal guerrillas (the beginning of the FARC-EP), and after the demobilisation of the guerrillas the commander Guadalupe Salcedo was murdered.
 
Our commander Marulanda engaged in peace talks in 1982 with the recently elected government of President Belisario Betancur, from these talks arose the political movement Unión Patriótica (Patriotic Union), the year following its foundation its head and about 3,000 of its grassroots were shot.
The government of Virgilio Barco (1986-1990) also held a programme called “Iniciative for Peace” but these negotiations also failed.
 
Between April and June 1992 under the government of Cesar Gaviria there were talks in Tlaxcala, Mexico with the Guerrilla Coordination Simón Bolívar (joined by FARC, ELN and the EPL). Nothing was agreed either.
 
Under the Andrés Pastrana government (1998 and 2002) the San Vicente del Caguan talks took place, these also failed, as always the reason being that the enemy imposed the condition that arms should be given up – a subject on which Marulanda gave no ground.

Then there was the severe clash leading to the death of the comrade Raúl Reyes (Santa Rosa de Yanamaru, Ecuador, 1 March 2008), the targeted murder of the commander Iván Ríos (Sonsón, Antioquia, 3 March 2008), the death of comrade Marulanda Selvas del Meta, 2008), the death of the commander Mono Jojoy (La Macarena, Meta; 2010), in a ruthless bombing of his encampment, and finally the death in combat of Commander Alfonzo Cano when he was besieged by 6,000 of the best-trained troops in the Colombian army (Suárez, Cauca, 4 November 2011).
 
After these heavy losses to the movement, it must be wondered why the appointed Commander in Chief Timoleon Giménez began meteoric and rapid peace talks behind the backs of the guerrilla base, and suddenly we were surprised by talks about which we were informed from Havana and in which information was given but there were no consultations (as was declared by the members designated to take part in the talks) and in which conditions that were never discussed were imposed on the collective of combatants.

In what has been referred to as a peace process, the repression against the revolutionary and progressive sectors has not ceased. The figures speak for themselves. Of 117 social leaders murdered in Colombia in 2016, 57 of them, that is, 66%, died in the south-west of Colombia (9 in Nariño, 43 in Cauca and 5 in Valle). And according to a ranking published by the NGO Somos Defensores, of the five departments the most killings of leaders, three are in southwest: Nariño, Cauca and Valle del Cauca. This is a tendency that appears to be confirmed by the first three months of 2017, for out of 34 leaders murdered in the country, 13 of those were in the southwest and seven of them in Cauca.
 
What the majority of the killed have in common is that they were members or leaders of social and political processes like the Committees of Common Action (Juntas de Acción Comunal – JAC), the Guardia Campesina (Rural Guard) and indigenous protectors. They also belonged to known associations of the left like Coccam, Fensuagro, Marcha Patriótica, Congreso de los Pueblos, the Communist Party or the Unión Patriótica.

We have always made clear that the guerrillas are not the cause of the war but the consequence of it.

Now, every fighter who refuses to accept the “peace” of the enemy is called “a drug trafficker” “a criminal acting under the cover of revolution” and they even go so far as to claim that we have allied with paramilitaries to engage in drug trafficking.

Everything that has been expressed is the price for not accepting this Roman peace imposed by the government and those under its control (if they are known to have been bought).
 
Now we are vilified by the press, the government and by our own ex-comrades who have dedicated themselves to the task of denouncing us and fighting us.
 
Let the world know that we continue the struggle, and that the objective for us is to achieve socialism, for the only real alternative that is Revolution, arms in hand.
 
We greatly desire that the work of the Eyup Bas Symposium in Turkey should achieve success.
 
Not a moment of silence for our dead, but a full life waged in combat!

Peace is won by fighting!
 
Front 1, Front 5, Front 3, Front 10, Front 32, Front 34, Front 43, Front 57, Front 58, Bolivarian Militias of Bogotá, Bolivarian Milicias of Medellín, Bolivarian Militias of Cali, Bolivarian Militias of Barranquilla, Bolivarian Militias of Meta, Bolivarian Militias of Vichada, Bolivarian Militias of Putumayo, the Daniel Arana Column.
 
The jungles and insurgent cities of Colombia.
 
We are FARC-EP,

We are not an exception, we are the people in arms.
 
http://newsolution.16mb.com/di ssidents-of-the-frac-ep/







sábado, 3 de diciembre de 2016

Hegemones y pueblo profundo

Libardo Sánchez Gómez

  Las  relaciones de clase en Colombia, dada la condición de dependencia neocolonial colombiana (coloniaje admitido por la clase hegemónica local en una especie de quid pro quo  con el HEGEMÓN universal,  expresado en:  me das todo y yo te haré  mi vasallo favorito) se desenvuelven en paralelo con la realidad social del imperio, por eso cualquier análisis sociopolítico local conlleva por lo menos  una mención, así sea tangencial, del entramado socio político y cultural del imperio. En términos generales la población norteamericana es una de las más desinformada,  ignorante y sometida  a nivel planetario. Es víctima de las más crueles e insospechadas tropelías por parte de la clase dominante; poblaciones enteras han sido utilizadas como conejillos de indias, para experimentar armas biológicas y los efectos de diversos tipos de  radiación en los humanos. Así  mismo, se sospecha que se manipula la mente de la gente mediante las llamadas “auroras irisadas” las mismas con las cuales causan terremotos y tormentas a lo largo y ancho del planeta  (ver: Qué tanto nos toca el Proyecto HAARP: http://libsang-elviajeroysusombra.blogspot.com/2013/05/que-tanto-nos-toca-el-pryecto-haarp.html) Por otro lado la pobreza en EEUU arropa al 80% de los habitantes, según cálculos de la misma ONU  unos cien millones de indigentes se han adueñado   de puentes y alcantarillas.   No obstante, su nada envidiable modus vivendi, las élites norteamericanos han fabricado una incomprensible  excepcionalidad,  en la que se incluye el famoso “sueño americano”. Pero más allá de la miseria humana física y espiritual causada por dichas élites, también, existe un pueblo profundo con   valores humanísticos,  el cual admite que no son únicos, que el mundo es múltiple y diverso y que lo que viven y exportan no es un sueño sino una pesadilla. Este pueblo profundo es consciente del agotamiento del modelo económico, y sabe que para cambiar el paradigma y sacudirse del yugo de las elites  tiene que ir más allá de las urnas.   Recientemente los medios de comunicación daban cuenta que en el Estado de Texas un grupo de comunistas se declararon en rebelión, asumiendo la lucha armada. Así están las cosas, mientras en el corazón del imperio nace la lucha armada en Colombia se silencian los fusiles.

Es sabido  que en los Estados Unidos de Norteamérica quien toma las decisiones económicas y políticas, que afectan al mundo entero, es un cerrado grupo de elites  las cuales conforman  el Establishment. Este     amorfo  Ente ha   fincado su accionar principalmente en el sistema financiero mundial con la  idea fija   de convertir a EEUU en el  HEGEMON universal.  En aras de lograr este propósito, que va más allá del “sueño americano”, ha sido necesario eliminar  sin miramiento alguno a líderes  y naciones enteras. Se  suman a este propósito  organizaciones mundiales como la  ONU y la OEA. Entre otros,   asesinaron a Salvador Allende en Chile y a Hugo Chávez en Venezuela, intentaron asesinar una seiscientas ochenta veces a Fidel Castro, solo que Fidel  durante toda su vida se les burló en su cara, los humilló muchas veces y se murió cuando le dio la gana.   Destituyeron mediante los llamados golpes blandos a Zelaya en Honduras, a Lugo en Paraguay y recientemente a Dilma en Brasil. Actualmente intentan destruir a como dé lugar a Nicolás Maduro y con Él la Revolución Bolivariana. Pero el imperio encuentra en su camino de dominación dos obstáculos, en jerga popular dos huesos duros de roer: Rusia y China. Para llegar a ellos  se ha trazado un plan de destrucción de naciones,  ya lo hicieron en gran parte con las naciones  africanas.  Destruyeron  Yugoslavia, y para  respirarle en la nuca a Rusia se asomaron  a Ucrania, pero ahí le salió al imperio el tiro por la culata, pues se le fue de su zona de influencia Crimea. Continúa trabajando ardorosamente para destruir el Medio Oriente, ya lo hizo con Irak, Libia y  Afganistán, ahora  intenta hacerlo con Siria, pero los rusos le están aguando la fiesta. Si no logran la balcanización de Siria   difícilmente podrán hacerlo con Irán, último escollo para llegarle a Rusia y China. Pero   más allá del Establishment,  miasma hedionda y letal, pervive  algo indefinido pero superior, más racional, se trata de lo que algunos han dado en llamar “el Estado profundo”, se podría decir que es la conciencia sana del Establishment. Ese  Estado profundo  ha   comprendido que el sueño de hegemonía universal es, apenas, un sueño, pues ha entendido que el sistema Financiero es una   carta de la baraja del castillo de naipes  hegemónico a punto de derrumbarse,  y que  Rusia y China, definitivamente,  están por fuera de sus posibilidades de dominación. Así que habiendo constatado  la cruda realidad no  queda otra posibilidad más que aceptar la multipolaridad; y, para sobrevivir a esa nueva realidad ese Estado profundo, sobreponiéndose al Establishment, quien en el pasado   nombró  en la presidencia unas veces  títeres estúpidos como los Bush y otras tipos inteligentes como Barack Obama, todos a cual más dóciles, ahora ha escogido como presidente  a uno torpe y loco, el millonario Donald Trump,  negociante venido a más gracias a que sus abuelos amasaron su fortuna  mediante el crimen y la prostitución.   En todo caso  ese  nuevo espíritu, que parece más realista, será quien, por encima de Trump, trazará en el inmediato futuro las nuevas líneas políticas y económicas del fallido HEGEMÓN.


En Colombia  el  Establishment  y el   Estado profundo funcionan como uno solo,  están al servicio del Establishment gringo,  y no van más allá de las intenciones y necesidades de dominación global del imperio. Les  guía un   espíritu perverso,   su nivel de felicidad es directamente proporcional al  nivel del dolor ajeno. A diario se  asesina  a las personas que se consideran enemigas del statu quo, y es enemigo todo aquel que cuestione o amenace  al hegemón local.  El grado de insensibilidad del Establishment es tal que a diario deja morir, que para el caso es lo mismo que matar, de  hambre  niños y ancianos a lo largo y ancho del país. Y en  cuanto se refiere a los sectores populares en Colombia   se pueden diferenciar dos tipos uno apático y superficial y otro profundo, pero a veces se funden y confunden. Lo cierto es que  el  pueblo indolente está de lado del Establishment, y parece haber sido alienado con algo más letal que   las “auroras irisadas”, el fanatismo político y el religioso.  Pareciera  que a este sector popular no le importara que sus hijos mueran de hambre, que estén por fuera del sistema de salud, que no vayan a la escuela y que ellos mismos  toda la vida respiren pobreza. El solo hecho que mueran niños de inanición es un motivo para alzarse en armas.  El   pueblo en general por un lado  sirve como incubadora de quienes  mantienen en su trono a las clases hegemónicas, pero por otro lado pare  los hombres que luchan para destronarles. En todo caso, el pueblo profundo  sueña y trabaja arduamente para   terminar con los  hegemones  tanto el  local como el gran HEGEMÓN universal. En el momento actual el pueblo profundo colombiano está pasando por una gran catarsis, no confundir con metamorfosis; es comprensible que en sesenta años de guerra, contra todos los hegemones, necesariamente se produzca, en buena parte de los guerreros, desgaste anímico y, desde luego, físico. Así que la entrega de las armas de quienes un día juraron vencer o morir, en lo que equivocadamente se ha dado en llamar proceso de paz,     no es más  que un reacomodo del pueblo profundo.  Eso implica que quienes   continúen tras las trincheras   combatiendo  la hegemonía lo harán   con más ahínco,  su tarea de cambiar la historia de negaciones será más efectiva sin los elementos indecisos.  Es de esperar que en tanto tiempo de guerra se acumule cansancio y desesperanza en muchos de los guerreros, y lo mejor para la causa es que los cansados y poco convencidos abandonen cuanto antes  el frente de batalla, pues de continuar solo derrotas se podrán esperar. El pueblo profundo confía en los hombres que continuarán con el fusil en alto, sabe de su infinito poder de resiliencia: cuando comenzaron la guerra eran apenas una docena, luego se multiplicaron por miles; muchas veces fueron diezmados, pero  enseguida la fe en la causa sirvió  como  fermento para crecer espiritual y físicamente.  El pueblo profundo sabe que  un día, cercano o lejano eso poco importa,  sus hijos levantarán el puño de la victoria. 

jueves, 24 de noviembre de 2016

La ola de asesinatos y la paz en Colombia

Posted: 21 Nov 2016 10:44 PM PST


|Por Gearóid Ó Loingsigh (*)

Los grupos de derechos humanos y organizaciones sociales han expresado su consternación y preocupación por la reciente ola de asesinatos de dirigentes sociales en el país justo cuando parece ser que nos encontramos al final del proceso de paz con las FARC y a punto de comenzar con la implementación de los acuerdos.

Aunque los asesinatos son chocantes no es un fenómeno nuevo.  Cuando las FARC comenzaron su proceso, la Marcha Patriótica sufrió una racha de asesinatos antes y después del comienzo de los diálogos con las FARC. El senador Iván Cepeda del Polo Democrático ha afirmado en declaraciones a la prensa “que desde 2012 han asesinado a 123 integrantes de ese movimiento político (énfasis es del original) y en lo corrido de este año a 16 (1)”  y además hay que contabilizar los asesinatos de militantes de otros movimientos como el Congreso de los Pueblos y los sindicatos, organizaciones estudiantiles, opositores a la minería. En fin, el terrorismo de Estado no ha dado tregua durante todo este proceso.

En el departamento de Cauca hubo otra racha de asesinatos este año. En ese momento la prensa intentó presentar al ELN como los responsables de esos asesinatos, aún cuando ocurrieron en zonas donde ellos tienen su base social y no hay motivo aparente para el ELN. Es que no se puede endilgar al paramilitarismo. El discurso oficial es que estamos en paz y el futuro se ve resplandeciente y si hay actos de violencia deben ser acciones de la otra guerrilla con quien no se ha podido avanzar. En un acto de sectarismo político y servilismo a la causa del Estado, Carlos Lozano, el director del periódico del Partido Comunista, Voz, también acusó al ELN. Emitió una carta pública reclamándoles a los elenos por supuestos asesinatos de comunistas en el departamento de Arauca. El ELN lo negó. No hay espacio para entrar en detalles de las sindicaciones de Lozano, pero guardan más relación con la realidad las novelas de Harry Potter que los exabruptos del dirigente. Lozano goza de cierta credibilidad entre la izquierda y hasta la prensa burguesa, y pudo usar su posición para denunciar al paramilitarismo, pero prefirió ganar puntos contra el ELN, haciendo un flaco favor a sus amigos de las FARC. Valga la pena recordar al lector que Lozano no pasará a la historia no como opositor del Estado sino como el “comunista” quién declaró a favor de César Pérez, el paramilitar y autor intelectual de la masacre de 43 personas en Segovia, en el juicio adelantado en su contra donde Pérez fue condenado a 25 años (2). 

Así, no obstante las declaraciones del amiguito de Pérez, hay que buscar a los responsables reales de esos asesinatos.  La más reciente ola segó la vida al dirigente de la Marcha Patriótica, Erley Monroy en el departamento de Caquetá donde el ELN no tiene presencia. La prensa en vez de señalar a los paramilitares, ya que no hay elenos en la zona, habla de un misterio y que la policía está investigando. Valga recordar que cuando la guerrilla ataca al Ejército, en poco tiempo nos nombran hasta la unidad del frente que llevó a cabo la acción.

No quieren reconocer que el paramilitarismo nunca desapareció.  No podemos esperar más de la prensa colombiana. Mientras tanto varios políticos de la izquierda no han dudado de la autoría de los paramilitares. El problema no es que señalen a los paras, sino, no nos hablan del porque. Para muchos, los asesinatos son un intento de entorpecer el proceso con las FARC en su última fase. Según esas versiones el paramilitarismo es el enemigo del proceso, lo cual puede ser cierto, y eso explica la violencia. Si fuera así, el argumento principal sería que hay que avanzar rápido con el proceso y que el ELN tiene que sumarse a lo ya acordado con las FARC en aras de poner fin a la violencia cuanto antes. Lastimosamente esa violencia no se puede explicar en esos términos y no llegará a su fin con la implementación del Acuerdo Final con las FARC ni con el proceso con el ELN.

Guatemala

Guatemala nos muestra claramente lo que podemos esperar del proceso de paz, en términos de la reducción o eliminación de la violencia contra los movimientos sociales. Este año Guatemala celebra 20 años de la firma de la paz con la guerrilla de la URNG.  Igual que en Colombia, prometieron una tierra de leche y miel, el fin de la violencia y prosperidad. Existe una tendencia de ver la violencia en ese país y en El Salvador como parte de un proceso de descomposición social, y sin duda, la criminalidad, la pobreza y las drogas juegan su papel.  Pero aquí queremos enfocarnos en la violencia política, el terrorismo de Estado (frase que ya no está de moda ni allá ni acá).

Según la Unidad de Protección a Defensoras y Defensores de Derechos Humanos – Guatemala (UDEFEGUA), entre 2000 y octubre 2016 hubo un total de 4.958 agresiones contra activistas en el país. De esos, 205 corresponden al año en curso, y el peor año fue 2014 cuando hubo 813 agresiones, entre ellas intimidaciones, acciones judiciales, allanamientos, intentos de asesinato y por supuesto asesinatos (3). Según la misma fuente, los ambientalistas son uno de blancos principales. Eso no es mera coincidencia, Guatemala es uno de los países más abiertos a la inversión extranjera, y por eso ha experimentado un aumento dramático en la construcción de hidroeléctricas y también en minería.  La actual legislación minera en Guatemala es el resultado del proceso de paz y se aprobó en el primer gobierno del llamado posconflicto (Álvaro Arzú 1996-2000) y redujo las regalías de 6% a 1% (4). El resultante flujo de empresas mineras hacia el país aumentó los conflictos sociales, y los conflictos por el uso de la tierra y como consecuencia aumentaron los asesinatos de ambientalistas y dirigentes comunitarios en las zonas sujetas a la depredación minera (5). Un ejemplo de eso es la hidroeléctrica de Santa Rita, financiado por el Banco Mundial y la Unión Europea, ¡sí ellos, la misma UE que dice que quiere la paz en Colombia! Este proyecto no contó con el permiso ni fue consultado con la comunidad indígena y han matado a seis indígenas en un intento de intimidar a la comunidad.  Dos de los muertos son niños, ambos sobrinos de un dirigente de la zona quien se reunía con el Relator de la CIDH en el momento de los asesinatos a manos de un empleado de la empresa (6). 

Cuando preguntamos por las olas de asesinatos que se han presentado en Colombia desde los comienzos del proceso con las FARC, debemos mirar lo que pasa en esas regiones, cuales son los intereses en juego. Antes la Izquierda y las ONG de derechos humanos hacían eso, casi de forma automática, aplicando el viejo refrán de seguir el dinero. Ya no, matan a un dirigente y todos preguntan ¿por qué? Y a esa pregunta solo podemos responder con otra ¿No es obvio?  Es por las mismas razones de ayer y el año pasado y por las mismas razones porque pronto matarán a otros. Los asesinatos no entran en contradicción con el proceso de paz, sino son una parte integral de ese proceso y el posconflicto. El capitalismo ganó y siente la necesidad de seguir eliminando a opositores, tal como lo siguen haciendo en Guatemala 20 años después de terminar el proceso con la URNG.

En este mismo mes de noviembre cuando las organizaciones sociales colombianas protestan los asesinatos recientes, en Guatemala protestan los asesinatos del sindicalista Eliseso Villatoro y el periodista Hamilton Hernández y su esposa (7). Y el 12 de noviembre el asistente de la Dirección General del Centro de Acción Legal-Ambiental y Social de Guatemala (CALAS) Jeremy Abraham Barrios Lima fue asesinado a tiros en la ciudad de Guatemala (8). 

No nos engañemos, esos asesinatos seguirán, y los hinchas del proceso los olvidarán justo como ahora olvidan la racha de asesinatos con que comenzaron el proceso de paz. Debemos estar de luto por esos dirigentes, pero no podemos aceptar los asesinatos representan una torpeza para el proceso de paz. Los hinchas del proceso ya han demostrado que están dispuestos a firmar lo que les pongan debajo de las narices.  Estos asesinatos son una parte integral del proceso y seguirán por muchos años después, porque el capitalismo triunfante necesita garantizar su estabilidad. Las organizaciones sociales no pueden bajar su guardia, ni ahora ni después de la implementación de los acuerdos y deban hacer caso omiso de los hinchas del proceso que prometen el fin del terrorismo de Estado.  No está en sus manos poner fin a esa violencia.

(*) Contactos: goloing@gmail.com

NOTAS: 

[1] Denuncian proceso de genocidio contra Marcha Patriótica ww.caracol.com.co 21/11/2016

[2] El audio del testimonio de Lozano se encuentran disponible en https://www.youtube.com/watch?v=SABoNFMzg1E
[3] Véase http://udefegua.org
[4] Vandenbroucke, E. (2008) Environmental and Social Impacts of Mining in Guatemala: The Role of Local Communities and the Ecological Justice Movement, VUB.
[5] Sobre el tema de minería y derechos humanos en Guatemala, existen muchos informes, el lector puede comenzar con el informe de Amnistía Internacional AI (2014) Mining in Guatemala: Rights at Risk, amr 34/002/2014www.amnesty.org
[6] Artur Neslen (2015) ‘Green’ dam linked to killings of six indigenous people in Guatemala www.theguardian.com
[7] Véase http://udefegua.org   op.cit.

[8 Amnistia Internacional Acción Urgente AMR 34/5144/2016

Tomado: EL SALMON, https://mail.google.com/mail/u/0/#inbox/1588b0aa12599148

martes, 15 de noviembre de 2016

Negociación ELN-Gobierno, lo que no se puede permitir

Libardo Sánchez Gómez

El  Ejército de liberación Nacional ELN ha dejado en claro  que será la sociedad quien delineará los acuerdos, que podrán determinar el fin de su  alzamiento en armas o, por el contrario, obligarlos a continuar su lucha hasta “vencer o morir”. Para facilitar el análisis de lo que será la participación ciudadana en las negociaciones hay que tratar de desenmarañar la enrevesada madeja de la sociedad colombiana; más allá de la clásica diferenciación marxista y, aún, Weberiana,  ricos, medio ricos, pobres y paupérrimos, es preciso  aclarar  que dentro de una misma clase social existen varios subgrupos.   Pero la  expresión política se traslapa de una clase a otra, por ejemplo, los pobres y paupérrimos, por lo general, están en sintonía con las clases poderosas.   En cuanto a las clases hegemónicas, aunque desprecian a las demás, buscan tenerlas de su lado. En   primer lugar se pueden mencionar los sectores fascistas, representando la economía atrasada de corte feudal, allí se inscribe la oligarquía terrateniente. A esta se suman los empresarios agrícolas, principalmente el capital corporativo transnacional y colonialista; son aportantes de recursos para mantener los ejércitos mercenarios paramilitares, mejor conocidos como “autodefensas”, hoy BACRIM,  bautizadas así por su fundador el extraditable No. 82 y ex presidente Álvaro Uribe Vélez.  Este sector es el que  cuenta con más  respaldo de sectores pobres sobre todo de los campesinos,   esto es así por múltiples  razones, que escapan a este análisis, pero basta decir que son sectores conservadores,  desinformados, ignorantes (no sólo académicamente sino políticamente, pues se le suman profesionales ) es una población emotiva y fácilmente manipulable.     Se le ha hecho creer   que sus males son debidos a la existencia de las guerrillas. En segundo lugar está  la oligarquía urbana, también, fascistoide, para su existencia cuenta con el respaldo militar del Pentágono a cambio de la entrega de la soberanía nacional  y los recursos naturales.  Este sector burgués económicamente es de corte corporativo y políticamente plutócrata y centralista, realmente es quien maneja  los hilos del poder, claramente define   al mandatario de turno. Existe un tercer grupo poblacional que actúa como un hijo y aliado de la anterior,   que se expresa como pequeña burguesía, pero  de “izquierda”. Es el más variopinto de los grupos sociales, arropa intelectuales,  académicos y chicos de la aristocracia, a veces, declarados en rebelión contra su clase;  dada su  esencia de personas “pudientes”  no quieren que nada cambie. También hacen parte de la pequeña burguesía  de izquierda, con algo de conciencia de clase, ciertos líderes obreros y   otros descendientes de  viejos militantes   revolucionarios; hacen oposición, pero, tampoco, quieren cambiar el modelo capitalista, pues les permite llevar un modo de vida confortable. Fuera de la pequeña burguesía de izquierda electorera, calculadora y “vividora”, existen algunos sectores progresistas  honestos,   que anhelan el capitalismo con rostro humano, pero que no se atreven a ir más allá  debido a su debilidad intelectual y conceptual,  se quedaron con el discurso que les vendió  la burguesía acerca de que el socialismo fracasó y que la lucha de clases no existe. No leen a Marx ni materialismo dialéctico ni histórico,  pero  no creen en Marx y menos en el socialismo científico.   Y, finalmente, se puede mencionar un sector   revolucionario, con educación política y alta conciencia de clase, que lucha por la construcción de la nueva sociedad, que vaya más allá de cualquier expresión del capital, y que cree que para lograrlo hay  que desbancar  a la oligarquía mediante la combinación de todas las formas de lucha.  Con esta diversidad social deberá lidiar ELN, en su leal saber y entender escuchará y escogerá  las opiniones que considere más adecuadas a sus intereses y a la sociedad que quiera ser representada por el grupo insurgente. Las FARC escucharon a quienes creyeron que eran sus amigos, los “pazólogos”  en el interior y en el exterior gobiernos a quienes la situación social de Colombia les importa un pepino,  amigos  que por conveniencia propia  les llevaron a una ignominiosa   desaparición.  Y de verdad da tristeza su desabrido final, derrotados y dispuestos aceptar cualquier condición, así sea  la horca, con tal de regresar a la “legalidad”. Y, al final del final, quienes, con el mentiroso cuento de ampliar consensos, terminaron dictando los acuerdos FARC-Gobierno   fueron los sectores más fachistas de la sociedad encabezados por el “Señor de las Sombras” Álvaro Uribe Vélez, el retrasado mental ex presidente   Andrés Pastrana, la harpía ex ministra Marta Lucía Ramírez y el retrógrado ex procurador  Alejandro Ordoñez. 

Los acuerdos FARC-Gobierno en adelante dificultarán el accionar de las organizaciones sociales principalmente de las agrarias y de las mismas negociaciones ELN-Gobierno, pues blindaron las posibilidades de llevar a cabo reales transformaciones sociales, sobre todo las referentes con la democratización del campo, por un lado con la Ley ZIDRES  se asegura la concentración y extranjerización de la tierra  y, por otro lado, acaban con la Ley de Reservas Campesinas, pues ya no habrá más ampliación de estas.  Políticamente  las FARC se exponen a un desastre, dichos acuerdos los dejan por fuera de la arena política,  ¿con lo mostrado y acordado en La Habana,   será que alguien podrá    creerles  y apoyarles? Y sin una continua    “gabela” de curules a dedo difícilmente accederán al Congreso. Lo más probable es que la cúpula insurgente se entremezcle en los diversos movimientos políticos, muchos de ellos en las toldas del “gran colombiano” Álvaro Uribe. Su desaparición física, también, está a la vuelta de la esquina, pues se acordó no tocar tamaño, estructura y orientación, de las fuerzas militares, a  quienes se les perdonarán sus crímenes atroces declarándoles, en palabras del presidente Santos, “nuestros héroes”; por principio los ex guerrilleros  serán considerados elementos peligrosos para la “seguridad nacional”, peligro que deberá ser eliminado.  Lo incomprensible de todo este enredo en que se convirtió la negociación, que sí que no,   es que la mayoría de las bases guerrilleras, sabiendo lo que les espera, se hayan “pre concentrado” junto a los micos aulladores y araguatos lejos de los humanos a esperar el triste final.   La cúpula guerrillera es tan falta de Norte  que en vez de entregar los recursos a quienes quedan en la selva defendiendo sus ideales, traicionados para muchos, los entregarán al Estado, para reparar supuestas víctimas, ¿acaso no estaban en guerra? En cualquier parte del mundo se toman como “daños y /o efectos colaterales”.

Si bien se tiene claro que el salto cualitativo del modo de producción capitalista  al modelo socialista, único posible para salvar la civilización humana,  no es factible  mediante un pacto, sí se deberán discutir los modos y los medios, para limitar los privilegios de las castas dominantes de tal manera  que permitan que más gente tenga   reales oportunidades de acceso a la educación, salud y seguridad social e, incluso, al manejo del Estado, asuntos que no ha permitido la oligarquía desde la independencia del imperio español. Simplemente pasamos de colonia española a neocolonia gringa. De no lograrse durante las negociaciones con el ELN sentar las bases para una real paz con justicia social, que no fue posible con las FARC,  será pura ilusión que, una vez desarmada la insurgencia, se pueda iniciar la era de transformaciones aplazadas.

Para el Régimen cualquier medida que contemple algo de bienestar para la  clase  popular se constituye en una línea roja, que aleja cualquier posibilidad de  discutir en la mesa de negociación las soluciones  a favor del común. La “sociedad civil”, más que el ELN,  será   quien deberá no sólo establecer las líneas rojas a favor del pueblo sino borrar las fatídicas líneas de la oligarquía. Antes que nada  se deberá  tener en cuenta  que se negocia entre contendientes no vencidos en batalla y en medio de la guerra, por tanto el Régimen deberá dejar de exigir acciones unilaterales de la contraparte. También, habrá que dejar de lado la discusión sobre la incorporación de los acuerdos, el Gobierno verá cómo lo hace; el ELN no tiene porqué desgastarse pensando en plebiscitos, cabildos o Constituyentes, dadas las circunstancias de hegemonía y manipulación por parte de la oligarquía ya se sabe quién sale triunfando, ahí está el espejo de las FARC. Tampoco las negociaciones se pueden enredar en el tipo de justicia que se puede aplicar a los reinsertados, en cualquier parte del mundo cuando se negocia la terminación de un conflicto interno, para ejercer la actividad política sin armas, a nadie se le ocurre pensar que los rebeldes deban pagar cárcel o cualquier tipo de acción punitiva, eso sólo lo permitieron las FARC.  Y si la Corte Penal Internacional es un estorbo, pues al diablo con ella, ¿acaso los gringos, amos directos de la oligarquía, la acatan?

Habrá que borrar muchos  aspectos de lo acordado con las FARC, como lo referente a las fuerzas militares, básicamente en lo atinente a la venenosa doctrina, que los condiciona hacia la eliminación de la oposición revolucionaria. Y si durante las negociaciones se asesina o atenta contra cualquier líder social se tendrá que hacer un paréntesis en las discusiones hasta tanto no se detenga a los responsables. Se tendrá que borrar la Ley ZIDRES, eso deberá quedar consignado en los acuerdos, y la plena aplicación de la Ley 160 de 1964 sobre las Zonas de Reserva Campesinas. Se deberán borrar los TLCs  con EEUU, que el nuevo presidente quiere eliminar, y con la Unión Europea. Cómo aceptar que nuestros campesinos no puedan sembrar sus propias semillas so pena de ir a la cárcel.

Se tendrá que hablar de educación y  democratización de las comunicaciones,  pero algo fundamental que, prioritariamente, tendrá que revisarse   es el canceroso sistema de salud y seguridad social actual, no más EPS ni AFP. Con las EPS y AFP se demostró que la salud en manos particulares no es más que un  floreciente negocio de la muerte.  Si en los acuerdos no se logra, al menos,  que sea El Estado quien administra    directamente la salud y seguridad social nada se habrá logrado con la desaparición de los actuales y principales actores rebeldes, la emancipación quedará pospuesta.